Por tercera ocasión consecutiva, el presidente Andrés Manuel López Obrador puso en el centro de su conferencia mañanera al exgobernador de Puebla, Mario Marín Torres, cuya reciente liberación ha generado polémica.
El mandatario destacó cómo Marín, después de ser condenado públicamente por Felipe Calderón, pasó a ser un aliado de la derecha al participar en el fraude electoral de 2006, que aún resuena en la memoria política del país.
Desde Palacio Nacional, López Obrador no escatimó en palabras para recordar lo que considera una de las mayores injusticias de la democracia mexicana, pues a pesar de la guerra sucia y los recursos utilizados para comprar votos, recalcó que su movimiento salió vencedor en la elección de 2006.
El mandatario recordó cómo, en aquel entonces, el ahora exgobernador de Puebla, Mario Marín fue duramente criticado por el entonces candidato presidencial Felipe Calderón, quien se unió al clamor popular de “¡Fuera Marín!”. Sin embargo, tras los comicios, Marín se convirtió en un aliado crucial para la concreción del fraude electoral que le otorgó la presidencia a Calderón.
“Con toda esa guerra sucia para compra de votos, de lealtades y de conciencias, nosotros ganamos la elección del 2006 y se robaron la elección, porque no les alcanzó. Les hablaba del caso del gobernador de Puebla, primero era ¡Fuera Marín! Y allá el candidato Calderón condenando a Marín, pero resulta que Marín les ayuda en el fraude y entonces lo protegen, porque así son de hipócritas”, expuso.
El mandatario no solo se limitó a hablar del caso de Puebla, sino que también mencionó la alianza que se formó entre el bloque conservador y la controvertida lideresa sindical Elba Esther Gordillo.
Criticó cómo aquellos que antes despreciaban a Gordillo por considerarla una figura “extravagante” y lejana a la “elegancia aristocrática”, no dudaron en buscar su apoyo para consolidar el fraude. “Cuando necesitan aliarse, ya no les ven ningún defecto”, manifestó.
La referencia a Gordillo y Marín no fue la única que el presidente hizo en su discurso, pues también apuntó hacia la derecha internacional, señalando que varios expresidentes mexicanos, entre ellos Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari, han buscado refugio en Madrid, ciudad que calificó como “la capital hispana de la derecha en el mundo”.
La crítica del presidente López Obrador a la decisión judicial que otorgó a Marín arraigo domiciliario se extendió durante tres días consecutivos. Este miércoles, expresó su desacuerdo con la decisión de trasladar al exgobernador a su domicilio en Xilotzingo.
López Obrador lamentó que, a pesar de la urgencia de cumplir con la ley, la Guardia Nacional haya tenido que destinar recursos a custodiar a Marín en su residencia, una situación que se complicó por la necesidad de verificar si Marín enfrentaba otros procesos legales pendientes, lo que llevó a que la Guardia Nacional fuera multada por no cumplir con los plazos establecidos para el traslado.
“Ni modo, así es la ley y hay que cumplirlo, pero tienen que haber dos o tres patrullas de la Guardia Nacional en custodia, imagínense que la Guardia Nacional tiene que… Tanta necesidad de estar cuidando la seguridad de la gente. Claro, él va a estar en su casa, pero es la instrucción”, dijo.
Por otro lado, reiteró su intención de que los jueces, magistrados, y ministros sean electos por voto popular, argumentando que deben hacer campañas en las que expliquen sus antecedentes y perspectivas sobre la justicia.