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jueves, noviembre 21, 2024

PAN: La purga inicia con los diputados

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Los integrantes de la bancada del PAN en el Congreso del estado están más que indignados con la dirigente estatal de su partido, Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández, luego de que recibieran una misiva en la que les ordenan presentar un informe personalizado en el que expliquen detalladamente las actividades que desarrollaron para apoyar a los candidatos en la pasada campaña electoral. Como era de esperarse, el documento fue interpretado como el inicio de la cacería de brujas al interior del PAN, a fin de responsabilizar a otros de la debacle electoral en la que ella y su jefe político, Eduardo Rivera Pérez, sumieron a su partido y que, en los hechos, es la peor de los últimos 25 años. Lo más irónico es que la dirigente panista exige resultados a aquellos a quienes se encargó de marginar e impedir su reelección. Ahí está el caso de Guadalupe Leal Rodríguez, a quien literalmente le dieron un portazo en la cara por no someterse a los designios del exalcalde, la dirigencia y hasta el Yunque. Ya sabe que los yunquistas son extremadamente misóginos, pero con la legisladora realmente se pasaron de la raya. El informe, además, pretende utilizarse como una medida de presión contra Rafael Micalco Méndez y Mónica Rodríguez Della Vecchia, quienes han sido de los pocos panistas que han alzado la voz contra la unción de Rivera como el próximo dirigente estatal por la vía del Consejo Estatal. Ambos legisladores forman parte de otra fracción del Yunque que rompió políticamente con el exedil y no están dispuestos a que el grupo del candidato perdedor de la gubernatura secuestre al partido. También pretenden cobrarle cuentas a Nancy Jiménez Morales, quien fue marginada luego de oponerse a cumplir los caprichos de Rivera Pérez para salvar al PRI. Como se recordará, en la bancada del tricolor en el Congreso del estado se gestó una rebelión contra el entonces dirigente estatal, Néstor Camarillo Medina, por agandallarse la candidatura a senador, la venta de espacios y por sus torpes decisiones. Eso provocó que el priista se quedara solo. Para evitar esa debacle, Eduardo Rivera pidió a Nancy Jiménez y Mónica Rodríguez que dejaran la fracción del PAN y se incorporarán al Revolucionario Institucional. Esa decisión fue un auténtico insulto para dos panistas de hueso azul, surgidas de familias custodias. Ahí también está el caso de Eduardo Alcántara Montiel, a quien Rivera ordenó su expulsión del partido. Ya ni es militante y le siguen echando la culpa de la derrota. La cacería de brujas también debe entenderse como la mejor estrategia de ambos panistas por terminar con el único contrapeso que existe al interior del PAN; el contrapeso que construyó Alcántara Montiel en 2021, junto con Genoveva Huerta Villegas, con todos los grupos panista al integrarse la lista de candidatos plurinominales.

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