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jueves, noviembre 21, 2024

La aritmética del triunfo y las falsas paternidades

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El mensaje del gobernador electo, Alejandro Armenta, no deja margen ni a las interpretaciones ni a las dudas: 

“El triunfo electoral de la coalición Sigamos Haciendo Historia es el triunfo electoral de un proyecto de nación, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que no haya la menor duda de ello. 

“El triunfo electoral en todo el país y en Puebla es el resultado de una política social, basada en el humanismo, y que en esta etapa la doctora Claudia Sheinbaum lo habrá de encabezar”, dijo en su primer discurso tras haber recibido la tarde del domingo la constancia de mayoría. 

En apenas dos ideas y su desarrollo está contenida, con contundencia, la ideología de Armenta y de la Cuarta Transformación (4T) respecto de la victoria abrumadora que Morena y sus partidos aliados consiguieron en el Proceso Electoral Concurrente 2023-2024. 

Se trata de un proyecto de nación que entraña un fundamento ideológico, que además se contrapone frontalmente con la propuesta de estado y de país que presentaron los candidato del PRIANPRD. 

Sí, es un mensaje ideológico que tiene como base una lucha larga y esforzada. Con ella, a pesar del radicalismo y la estridencia de la oposición, coincidió la mayoría aritmética del país y del estado de Puebla. 

Claudia Sheinbaum Pardo obtuvo 35.9 millones de votos en todo México y en Puebla 2.59 millones de sufragios. 

Alejandro Armenta, para convertirse en el mandatario con mayor respaldo popular en la historia del estado, logró un millón 908 mil 954 votos. 

En el país y en el estado, los motores del triunfo fueron López Obrador, Sheinbaum y Armenta, quienes jalaron y empujaron al resto de los postulantes que en la entidad sellaron el carro completo legislativo, local y federal. 

Sergio Salomón, lo ha reconocido Alejandro Armenta y desde hace tiempo, aparece también como un protagonista fundamental de este recuento aritmético de la victoria, con la solidez de su administración. 

El triunfo tuvo constructores específicos y, salvo excepciones honrosas, nadie puede decirse padre único de éste. 

Resulta patético leer que tal o cual se proclama el “diputado más votado de la mixteca”, o el “abanderado más fuerte del país”, en su rubro. 

No. Como dijo Armenta en la sede del Instituto Electoral del Estado (IEE), tras recibir su constancia de mayoría: “es el triunfo electoral de un proyecto de nación, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que no haya la menor duda de ello”. 

El tema de adjudicarse como propia y personal una victoria, como ha ocurrido principalmente en escenarios legislativos local y federal de la elección poblana, es además de chocante, irreal y pretensioso, una mentira. 

Que no se engañen algunos diputados y diputadas locales y federales electas, no fueron ellos; que no se engalle ni presuma el senador electo Moisés Ignacio Mier Velazco y su socio suplente, Carlos Alberto Evangelista Aniceto, quien fue señalado por vender candidaturas en el proceso intermedio, no fueron ustedes. 

En muchos de esos casos, esas candidaturas fueron mera escenografía en un espectacular o en una lona. Algunos, específicamente Mier, ni siquiera gastaron suela ni saliva. 

Huachicolearon votos, chuparon sufragios, no construyeron ni siquiera sus propias victorias. 

Con humildad y cordura, Armenta ha reconocido que es el proyecto de nación, que encabeza Andrés Manuel, el que ha triunfado. Igual lo ha hecho la virtual presidenta de la República, Claudia Sheinbaum. 

Que los ilusos quienes se sienten triunfadores cuando se miran al espejo.  

Que lo hagan bien. 

Apenas recibirán como reflejo una sombra gris. 

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