La educación es el camino libre, inteligente, justo y seguro para construir el mejor futuro.
A la educación superior corresponde diseñar las metodologías que encaucen el conocimiento disponible para construir las modalidades de aprendizaje que demanda el futuro deseado.
Los desafíos retan la inteligencia humana.
Transformar los enormes acervos de información disponibles en conocimiento utilizable pertinente con la velocidad de obsolescencia tecnológica y la rapidez de la innovación en las tecnologías emergentes y hacer económica y socialmente rentable la convivencia entre la realidad real y la realidad virtual, son retos de la mayor dificultad.
Esa es la senda por la cual transitará la humanidad. Ese es el futuro que está predeterminado de manera deliberada. En esa senda, también está considerada la educación superior, como motor de la evolución dialéctica, para que el respeto a las libertades y las dignidades del ser humano estén a salvaguardia.
La tecnología tiene su lugar en la construcción de la conciencia social, ninguno evade o elude su importancia, pero también nadie puede olvidar que son un medio, no un fin.
En esa sociedad líquida, en cuyas prisas a veces se considera a lo humano, como un simple dato; en la sociedad cansada, donde la depresión distrae de lo importante; en esa comunidad virtual, donde a veces olvidamos nuestra esencia humana, es donde debemos hacer prevalecer, el derecho al aprendizaje inclusivo, incluyente, intercultural, para defender una sociedad justa, colaborativa y sostenible.
A quienes hacen factible la educación superior, no puede olvidarse los verdaderos desafíos de la calidad humana y sus espacios vitales ni las responsabilidades históricas y sociales de ese quehacer cotidiano.
Por eso se debe mejorar la calidad educativa y la excelencia, mediante un nuevo contrato social que permita potenciar el efecto transformador de la educación en Puebla.
Dotar a los alumnos el componente profesional de virtualidad digitalizada que les permita incorporarse a las oportunidades del conocimiento de frontera y multiplique la posibilidad de un trabajo digno y duradero en las organizaciones productivas de la Cuarta Revolución industrial.
Hablamos de construir el futuro. Nos preocupa definir hacia donde vamos, ahora que la humanidad se enfrenta a severos riesgos en su identidad humana, en la formación de su conciencia social, en la reafirmación de su identidad y en la reconversión de su propia inteligencia, los universitarios deben asumir los desafíos para preservar la libertad, la igualdad y la dignidad de todos los humanos, frente al riesgo de las dictaduras digitales que concentran el poder en manos de una pequeña élite.
También en la obligación de aprovechar las ventajas de las tecnologías para innovar métodos, procesos y procedimientos para producir lo que nos hace falta, pero, al mismo tiempo, preservar el valor supremo de la inteligencia y la decisión.
