En estas épocas de elecciones y campañas políticas me topo con estos tres asuntos y que todos los involucrados, de alguna forma, hacen referencia. El problema es general y termina uno cuando ya empezó otro. Los problemas son el pan nuestro de cada día. Cuando viene la diferencia es en el entendimiento y discusión del proyecto a ese problema.
La diferencia estriba en el cómo se ve, en los medios que se tienen, en las personas involucradas en ejercer, etc. Todo esto te lleva a una solución y esto tiene que ver con la credibilidad de quien lo lleva y propone y regresando a lo primero, el entendimiento general del problema y la buena estructura del proyecto.
Las 3 van ligadas y lo normal es que problema y proyecto todos los dominen; donde fallan es en la solución, porque los egos, las vanidades, los todólogos afloran. En lo particular, sí llega a cansar la demagogia en cuanto a escuchar problemas y dar pocas soluciones.
Todo lo pasado es un símil de lo que acontece en el equipo Puebla de Futbol.
La compañía dueña de los derechos de este equipo, desde hace siete años, entendió a la perfección cuál era el problema de los últimos dueños, falta de liquidez, falta de ingeniería financiera, falta de planes a mediano y largo plazo y entonces, al ser socios comerciales y acreedores a la vez, liquidaron a los primeros y se hicieron de un equipo de futbol, con un proyecto comercial: ser dueños de los derechos de televisión, mismos que explotan en su cadena y que pueden vender a otras cadenas.
De proyectos deportivos nunca se habló ni establecieron. El plan era exprimir al máximo su propiedad. En ese proyecto tuvieron éxito 5 ó 6 temporadas. Su solución de traer al Sr. Larcamon fue un éxito. Llegaron a varios repechajes ganados, alcanzaron liguillas, vendieron más de mil millones en jugadores y su activo nunca dejó pérdidas. Todo iba bien, hasta que todo fue mal. El principio fue el pensamiento de que la vaca seguiría sacando leche sin alimentarla.
La nula inversión a corto y mediano plazo no existió. El dejar hacer movimientos a personas con objetivos personales, totalmente alejados de la institución, provocó lo que ahora vemos: un equipo que no da pertenencia al poblano, muy alejado a su historia, con cero identidad y lo peor de todo sabiendo el problema; no hay proyecto y menos solución.
En Puebla estado es muy difícil históricamente que los grandes capitales se unan para hacer grupo en un negocio que va al alza, pero que es ajeno a su actividad empresarial. Solo tenemos que recordar el derrotero que tomó el Banco de Oriente, compuesto en su capital por empresarios poblanos y cuando el gobierno regresó los bancos a la iniciativa privada y todos suponíamos que el Banco de Oriente lo comprarían los poblanos, no fue así y los empresarios de Monterrey se quedaron con él. Así somos y así ejercemos.
En todos los torneos alrededor del mundo, desde el comienzo, hay un 70 por ciento de competidores que se sabe no serán campeones y esa brecha entre ser campeón y solo competir, cada vez se hace más grande. Los compradores de talento son pocos y los vendedores son muchos porque de alguna forma tienen que seguir haciéndose de recursos y estos vienen en la venta de su talento.
El que lo tiene claro, en su proyecto está el de formar talento y luego vender. Es muy entendible esta postura y más si no tienes detrás de ti una empresa fuerte que soporte el gasto que es tener un equipo profesional.
El problema del Puebla todos lo sabemos, a mayor o menor escala. El equipo solo interesa al dueño por la venta de los derechos en México y en EU y por la seguidilla de venta de jugadores que tuvieron por 3 años. Esta ya se acabó porque nadie hizo nada para que siguiera. El dueño, al no haber descenso, dejará a la suerte que estos tiempos regresen, sin poner un centavo para que se dé.
El estado de Puebla no merece esto. Escucho la cantidad que mes con mes entran al estado por medio de remesas de ciudadanos poblanos y que viven en EUA. Estos ya alcanzaron puestos importantes en sus estados. Ahora, de lavar platos, recoger cosechas y pintar casas, se codean en puestos de cámaras de comercio con gente importante. Tienen dinero y, lo principal, son unidos, tienen identidad poblana y pertenencia a la entidad. El salir de su estado les dio la oportunidad, con mucho trabajo y sacrificio, de ver las cosas de otra forma. Siguen siendo poblanos, pero con otra óptica.
Hoy la FMF ve los capitales americanos como una forma de crecimiento. Como hace dos semanas escribía, en mayo próximo, un fondo de inversión americano se hará socio comercial de la FMF.
El Cancún y el Necaxa tienen como propietarios a sociedades americanas y tomando estos ejemplos y esta disyuntiva que se vive, no sería nada fuera de lo normal, que estos poblanos triunfadores en EUA se agruparan y compraran la franquicia y entonces el proyecto y la solución se daría. Esta gente está dispuesta a ser tomados en cuenta para otros proyectos productivos, pero el futbol tiene el encanto de cuna que ningún otro proyecto les da: PERTENENCIA E IDENTIDAD.