Parece chiste, pero es anécdota… La semana pasada en un “reportaje” de Latinus se dio a conocer la casa en donde supuestamente vivió el hijo de López Obrador, José Ramón López Beltrán. Esta situación desencadenó una serie de hechos que van desde un ataque por parte de AMLO a Carmen Aristegui hasta el ridículo por parte del PAN al pedir que se investigara el patrimonio de Ramón López Velarde. Un verdadero circo.
Lo peor de todo es que esta noticia desató en los derechairos ese clasismo –porque a los mexicanos nos encanta decir eso: “No somos racistas, somos clasistas” – hacia el hijo y la esposa del hijo del presidente.
Los memes en redes sociales (incluidos los que mandan en los chats familiares) estuvieron llenos de imágenes en el que ponían a José Ramón como un “pobrecito” buscando a la princesa de un palacio.
Primero, Carolyn Adams es una mujer de nacionalidad estadounidense, es hija de uno de los petroleros más importantes de Texas. No es esa modelo venezolana que todos piensan que es, tiene una larga carrera en la industria de su papá. Dicho esto, regreso al punto: ¿cómo es posible que el hijo del presidente se haya casado con ella?
Las imágenes siempre fueron de un hombre moreno. La representación del “indito” burlándose de las diferencias entre él y su esposa. Aludiendo a que ella sólo podría estar con él por “interés”. Porque claro, ¿cómo es posible que una mujer como ella quiera estar con él si no es por el dinero solamente verdad?
Una verdadera pena lo que circuló, porque por burlarse, otra vez, del presidente salió a relucir ese lado racista que existe en la sociedad mexicana. Seguimos utilizando estas imágenes como chistes; no estamos conscientes de lo que realmente significa y ahí radica uno de los principales problemas del país.
En la sociedad fifí a México no lo ven como un país de gente morena, ven a la gente morena como parte del problema. Ellos son los delincuentes, ellos son los pobres, ellos son los ignorantes, los que viven en la calle, los que tienen derecho a nada. Por eso la frase de “Por el bien de México, primero los pobres”. Les arde, no lo entienden y no lo van a entender.
No tienen consciencia de la realidad del país, viven en un mundo donde un hombre (con el aspecto de José Ramón) sólo a través del dinero “robado” puede hacer algo. Con esto no estoy diciendo que el hijo AMLO de sea un santo ni mucho menos, lo desconozco. Pero me queda clarísimo que los fifís con tal de seguir atacando se dejan llevar y no dudan en sacar toda cantidad de insultos y burlas sin entender lo que éstos realmente representan en un país como el nuestro.
Al final tampoco saben lo que ocurre. La esposa de José Ramón tiene, por su trabajo y por el de su familia, una fortuna con la cual se puede comprar todos esos lujos que se le critican. Pero eso también les molesta. Una imagen de una bolsa Salvatore Ferragamo se utiliza para atacar porque, con la infodemia que existe, dan por hecho que esa bolsa salió de algún negocio sucio de su suegro. Le quitan mérito al trabajo de su vida (comentarios misóginos también), y ni enterados están de quién realmente es ella.
Hablan de la incongruencia en la austeridad del gobierno, cuando siguen sin entender que el presidente nunca ha estado en contra de los gastos fifís, ha estado en contra de los lujos pagados por el erario, de esas fortunas inmensas formadas con el dinero de los mexicanos. ¡Ah! Pero eso sí, que no salgan en alguna portada de revista porque corren a comprarlas.
Ay fifís, siguen sin entender nada…