En el avispero de la Udlap hay gente que actúa de buena fe.
Son los menos.
Otro tanto está metido en el costal de los tontos útiles.
(El periodista Zeus Munive los retrató con ojo de antropólogo en su más reciente columna (Vicios Ocultos): “Los estudiantes que salieron a manifestarse a las calles de Puebla, ¿sabrán que son manipulados?, ¿conocen las diferentes versiones?, ¿han contrastado o estudiado el caso?, ¿han visto las dos caras de la moneda? Pareciera que no. Que sólo quieren ver una sola visión. Es cierto que su demanda de que abrieran la institución es legítima, que muchos egresados y los que están a punto de concluir su licenciatura o posgrado tienen temor a que se retrasen sus papeles y cédulas correspondientes. Pero, ¿sabrán que existen intereses que no tienen nada que ver con lo educativo sino más bien con dinero, dinero y más dinero?”).
Una buena parte de los involucrados en este avispero lo hace para proteger a unos señores que desfalcaron a una Fundación (la Mary Street Jenkins) e hicieron negocios a la sombra de ésta creando despachos ominosos.
(El exrector prófugo, Luis Ernesto Derbez, sabe mucho de esto porque él fue uno de los que sacó provecho).
Pero hay otro personaje que ha lucrado brutalmente en esta trama.
Su nombre: Virgilio Rincón Salas, a quien, como lo escribió el periodista Ignacio Juárez, la revista Proceso “concedió un generoso espacio para reproducir su versión (este abogado está a salto de mata porque tiene órdenes de aprehensión del fuero común y federal precisamente por su participación en el desfalco de la Fundación). Los delitos no son menores: El menos grave es fraude, el más complica-do delincuencia organizada”.
Todas estas bellísimas personas tienen que ver con el avispero.
Negocios son negocios.
(Esto lo ignoran los tontos útiles. O no lo entienden. O no quieren entenderlo).
Faltaba más.
En la edición de este miércoles de Hipócrita Lector, el propio Nacho Juárez y yo abordamos la trama oscura del abogado consentido de la revista Proceso, mismo a quien le hacen entrevistas a modo en su calidad de prófugo.
Vea hipócrita lector:
“A través de su despacho Rincón, Mayorga, Román, Illades, Soto SC, (Virgilio Rincón) cobró la cantidad de 2 mil 266.5 millones de pesos, el 15 por ciento del patrimonio de la Fundación Mary Street Jenkins, a cambio de ‘diseñar e implementar los mecanismos legales necesarios’ que permitieran a la familia Jenkins de Landa quedarse con los activos de la institución, estimado casi en 730 millones de dólares, y mantenerlo bajo resguardo en paraísos fiscales.
“De acuerdo con el contrato signado por Rincón Salas y Guillermo Jenkins Anstead, en ese entonces presidente del patronato de la Fundación Jenkins, los trabajos también incluyeron ‘implementar acciones legales de defensa’ para impedir que “por cuestiones fiscales, administrativas, civiles, mercantiles’ que alguna autoridad o persona física pretendiera intervenir en el manejo de la institución.
“El documento es prolijo en explicaciones sobre los riesgos que existen contra el clan Jenkins de Landa a raíz de una serie de modificaciones a los estatutos de la Fundación Jenkins y el embate jurídico iniciado por Guillermo Jenkins de Landa que derivó en auditorías fiscales a esa institución y otras empresas ligadas.
“La preocupación de la familia por perder la riqueza acumulada queda asentada en el contrato y fue una de las justificaciones para la contratación del despacho encabezado por Virgilio Rincón.
“Sabedores de que la Fundación incluye un complejo entramado financiero, los Jenkins de Landa solicitaron ampliar los servicios para la empresa Reforma Bicentenario, Proyectos Nuevo Siglo, la Fundación de las Américas Puebla, Fundación Colegio Americano de Puebla, Fundación Club Alpha y otras entidades.
“A pesar de que en el discurso la rectora interina, Ana Cecilia Anaya, la ultraderecha poblana y los voceros de la institución se niegan a reconocer que el conflicto de la Universidad de las Américas Puebla es producto del desfalco de la Fundación Jenkins, el propio contrato advierte ese escenario.
“La cláusula uno, numeral siete, establece sin ninguna duda la participación del despacho contratado: ‘Defender a la fundación, a los patronos y los representantes legales de cualquiera de las entidades legales señaladas en el numeral anterior (entre ellas la Fundación Udlap), contra los embates y acciones legales que puedan recibir o propiciarse, de forma directa o indirecta del contexto legal referido por la Fundación en sus declaraciones o de las consecuencias del mismo contexto”.
En otras palabras: delincuencia organizada.
Ah, pero eso sí: los tontos útiles no quieren saber nada de esto.
O no lo entienden.
O no tratan de entenderlo.
Son huarachitos venceremos con choferes.
