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jueves, noviembre 21, 2024

El (muy útil) glosario para que no le piquen los ojos en plena campaña

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Ahora que empiezan las campañas hay que tomar en cuenta el léxico para no equivocarse a la hora de definirse. Los novatos (como este tundeteclas) debemos ser cuidadosos y atentos a la hora de hablar con la clase política poblana. 

Así que, por beneficio de los lectores de este humilde espacio informativo, aquí van algunas palabras para que incremente su vocabulario en plena temporada de alimañas, tepocatas y víboras prietas. 

El amigo.- Los judíos y algunos cristianos no pueden pronunciar las palabras como Yahvé o Jehová, lo mismo ocurre aquí, los políticos para hablar del candidato a gobernador o del mismísimo gobernador prefieren decir “El amigo”. Sería un pecado nombrarlo por su nombre y así en una grabación telefónica se evitarían muchos problemas. 

Ejemplo: 

—El amigo te manda unos tamalitos. 

—¿Cuál amigo? ¿El amigo? Chabelo, ese es el amigo de todos los niños y ese ya se murió. 

—No seas pendejo, el amigo, el amigo del pueblo, el de los poblanos. El amigo. 

Hay que recordar que cuando Javier López Zavala competía por la gubernatura hace 14 años, los políticos y periodistas decían: “Amigo Zavala”. 

—Amigo Zavala enviarte unos tamalitos. 

—Tú decirle gracias a amigo Zavala. Que ahí estar en campaña al cien con él. Que no olvidar que ser nuestro amigo. 

No hay que confundir a El Amigo con el amigo, para ser más precisos, aquel que usamos para destapar escusados. Si bien, muchas veces El Amigo es el encargado de hacer trabajos de plomería y destapar las cloacas no siempre es el mismo, pues el amigo, o destapacaños se mancha de materia fecal, El Amigo también pero no lo notamos nunca.  Deja de ser amigo El Amigo cuando deja el poder o pierde la elección, ahí es un mortal más. 

Apoyito.- Léase como una ayudadita, un empujoncito. Si le dicen “El amigo te manda este apoyito”, usted debe siempre ser agradecido, agachar su cabeza, extender su mano y, por favor, no cuente los pesos y los centavos frente al emisario, es de mal gusto. Mire ya cuando le mandaron el “apoyito” ya se lo dan rasurado. Si le dijeron que eran 100 le van a dar 70, si le dijeron que son 30 le dan 15 o diez, pero eso sí, ya pasó por la báscula. Así que mejor juegue el juego que todos jugamos y déjese querer, flojito y cooperando. 

Acarreo.– Palabra en desuso, ahora se utiliza transporte para los mítines, para que la gente asista de manera espontánea y voluntaria. No olvide nunca llevar frutsis o boings de triangulito, salen muy baratos y los compañeros que asisten de manera espontánea y voluntaria se lo agradecerán. Dicen que cierto candidato por Izúcar de Matamoros sabe muy bien de lo que aquí se escribe. 

Columna .- Espacio periodístico que se usa para hablar bien o mal según sea el caso y el apoyito. Si es para hablar sobre El amigo será en positivo si es en negativo es para su oposición. En la época cuaternaria la columna la obtenía el reportero que por méritos y buenas fuentes de información lograba ascender a esa categoría, afortunadamente eso ya no es así. De un tiempo a la fecha, se volvió como puesto de ambulantes en el Centro Histórico (durante el gobierno de Claudia Rivera) cualquiera pone su negocio. 

Columnista.- Una clase social dentro del periodismo. Suelen usar frases como “mañana me lees”, en clara advertencia o llamado a que se hagan las cosas como el columnnista quiere que se hagan. Hay de todo: buenos, malos y regulares. Algunos se sienten “tocados” por la mano del Señor (perdón de El amigo) y otros se sienten consejeros del poder. Cuando son detenidos por algún policía en el alcoholímetro suelen gritar “¡No sabes quién soy!”.  Hay quien a la hora de escribir una columna piensa que con eso ganarán las elecciones porque lo leen hasta en los baños de la Capu. 

Tamalitos.- Es una manera cómplice o un eufemismo para hablar de la extorsión. Se usa cuando una persona logra un trámite en gobierno, que le dice al burócrata encargado: “al rato vengo y le traigo unos tamalitos” o “le doy algo para unos tamalitos”. Si el funcionario es novato quizá responda “¿sabe qué? Le agradezco pero me hacen daño”, pero si es un tipo con muchos años sacando constancias o actas o papeles responderá: “pero los de mole que vengan con mucha carne”. 

El chivo o borrego.-  Dinero. Se utiliza también el pollo, aunque si se habla de “pollos” es otro término que tiene que ver con conquista amorosa. No es lo mismo que el columnista diga: “ahorita vengo voy por lo del pollo” a que diga “ahorita vengo voy con unos pollos”; para evitar confusiones se recomienda usar: “ahí está el chivo o un borrego”, después de todo es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. 

Este breve glosario continuará, este tundeteclas va por lo del pollo para ir luego con unos pollos, si no ¿cómo le hace? 

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