El sábado estuve en la presentación del libro Reinas de Leyenda de la escritora, periodista, fotógrafa y Best Seller, Cristina Morató.
La autora española se ha destacado por escribir sobre mujeres. Su postura es muy clara: los hombres han hablado tanto tiempo sobre sí mismos que mi pluma le dará cabida solo a ellas. A nosotras.
En su gira de promoción, dedicó tres días exclusivos a Puebla, gran parte de su público lector está aquí. El 8 de marzo, en el marco del Día de la Mujer, firmó libros por más de dos horas en la BUAP y antes de llegar a librería Lattice, venía de una reunión en el Museo Barroco. Un ir y venir mañanero que la retrasó una hora, por lo que la autora no reparó en disculpas. En España, dice con la cara verdaderamente desencajada, el público no espera, mi temor era que ustedes se fueran. Ver entonces la sala llena y sentir los aplausos la hizo sentir igual de famosa que Shakira y desató una risa colectiva que rompió el hielo de la expectativa.
Cristina tiene el don de hacer maravillosamente dos cosas por igual: hablar y escribir. En las dos, cautiva y te lleva de la mano por historias fascinantes, documentadas a conciencia con el objetivo de humanizar a las mujeres de la realeza o del jet set, las mujeres íconos a lo largo de la historia.
La premisa parecería fácil, ¿quién fue la mujer antes de la reina? La investigación, abrumadora. Viajar, irse a los archivos oficiales, leer los diarios de vida, etc. La mantuvieron en un estado tan receptivo que asegura que los personajes de su libro no fueron escogidos por ella, sino que los personajes la escogieron para contar la verdadera historia de quienes han sido consideradas mujeres locas o arpías. De esta manera, Cristina logra compilar la vida de cinco mujeres de la realeza que llegaron a destacar por encima de sus maridos, gracias a su valor e inteligencia.
Está el ejemplo de Ana Bolena, quien, en su ímpetu por cumplir con los cánones de belleza, usaba un maquillaje blanquísimo, hecho a base de arsénico y plomo que le trajo repercusiones a su salud, mientras que Cixi, de ser la concubina de la dinastía Manchú del Imperio Chino, termina gobernado al lado de Zheng, la mujer del Emperador, gracias a que, de las dos mil mujeres dispuestas para Xianfeng, fue la primera en darle un hijo varón.
Yo parezco libro de texto (ojalá existiera alguno con los datos que la autora proporciona) queridos hipócritas lectores, mejor lean a Cristina, ella lo narra con ligereza y sentido del humor, es la maravilla de encontrarse con este tipo de libros biográficos, lo mismo te enteras del cotilleo que del contexto histórico porque, bien me lo dijo mientras me firmaba el libro, la vida por sí sola es terrible y aburrida, hay que encontrarle el lado divertido para poder soportarla.
Cristina Morató fácilmente podría ser un personaje de sus libros y lo sabe bien, tan bien, que se coronó así misma como Reina Lattice, provocando la ovación del público. El título nobiliario le va bien, una reina de librería, de una librería peculiar, fuera de serie, una mujer entre lo místico y lo mundano, así es ella, icónica, revolucionaria, al mando de su propia vida, sin golpes de autoridad innecesarios, porque para eso, lo dice con sorna, están los hombres sabiondos e intelectualoides.
¡Larga vida, Cristina Morató!
