(Etnografía para principiantes)
Parte II
Un antropólogo debe saber pasar desapercibido en el lugar donde se encuentre su objeto de estudio.
Tarea complicada, pues a la hora de presentar su trabajo de investigación suele necesitar más protagonismo.
Usualmente se prepara profesionalmente a un antropólogo para que pase cierto tiempo en la comunidad que ha elegido. Se cree que menos de un mes es tiempo suficiente para recoger datos y poder analizar las dinámicas sociales de un grupo cultural específico.
Pero indiscutiblemente entre más tiempo pase el antropólogo haciendo trabajo de campo, observando las dinámicas socio-culturales, documentándose, recogiendo datos escritos, grabaciones audiovisuales y estableciendo patrones de comportamiento, evidentemente su trabajo descriptivo puede llegar a planos de análisis interpretativos de gran profundidad.
El antropólogo británico Bronislaw Malinowski, fundador de la antropología social, fue el primero en innovar con una metodología que se basaba en la experiencia personal en el trabajo de campo y en detalles específicos contemplados desde el funcionalismo. Preconizó la metodología de la observación participante, tras una larga estadía en Nueva Guinea.
Sus trabajos le provocaron fama mundial gracias a una larga estadía en comunidades africanas. Sobre todo, después de publicar los Argonautas del Pacífico Occidental.
El ejemplo de Malinowski es muy claro para entender el compromiso que deberían tener los preceptos de la antropología moderna. Porque dos semanas de trabajo de campo no aportan lo suficiente para comprender aspectos culturales de un grupo social.
Durante una temporada considerable en la comunidad se recomienda que el investigador realice prácticas culturales imitando a los integrantes del grupo dentro de su sistema de convenciones y entendiendo sus necesidades simbólicas.
La Observación Participante, muy aprovechada por Malinowski, es una técnica de recolección de datos que actualmente es utilizada en varias disciplinas. Consiste en familiarizarse con el grupo cultural en el que el investigador está inmerso y conocer enérgicamente sus prácticas por medio de una profundización intensa en la realización de cada acto cultural, social, económico, político y religioso. El tiempo recomendado debe ser extendido, a pesar de que existen muchos estudiosos que no toman con seriedad esta herramienta.
Por eso el antropólogo debe considerar los aspectos etnográficos con disciplina y compromiso. De lo contrario, las descripciones del grupo de individuos analizados carecerán de veracidad.
A pesar de que existen muchos estudiosos que basan sus resultados en el trabajo de campo de otros personajes que sí pasaron un tiempo extendido en la comunidad. Se debe tener en cuenta el trabajo de aquellos aventureros que supieron interpretar su propia perspectiva con las famosas gafas del antropólogo.
Mirar al otro fuera de sí mismo, mirarse uno mismo fuera del otro.
La antropología no solo es una disciplina, es una manera de entender al otro desde la diversidad y aprender a mantener una armonía social para el bienestar de la humanidad.