I. Encuentro en la Casa de Francia
Hace unos días, las escritoras francesas Muriel Barbery -quien vino a promocionar su más reciente novela Una hora de fervor, y Gaëlle Obiégly, que está en nuestro país para hablar de su libro Algo muy serio, publicado por la editorial Cantamares y traducido por mi amiga Melina Balcázar, estuvieron en la Casa de Francia para hablar de literatura.
Alguien del público le preguntó a Muriel Barbery -autor de La elegancia del erizo– novela que, poco tiempo después de su aparición ya había sido traducida a más de 30 lenguas, sobre cómo un novelista planea su novela, a lo que contestó que, más bien, al escribir la propia novela ésta va encontrando su forma y lo que quiere transmitir. Recordó a Milán Kundera, que en El arte de la novela señaló que las novelas no pretenden comprender la realidad, sino comprender la experiencia. Por eso las novelas -agrego yo- son una joya del pensamiento y la sensibilidad, porque no intentan aprehender la realidad como los historiadores, sino describir la experiencia de los personajes, la experiencia de otro ser humano. Esto nos lleva a hablar de un escritor y un buen amigo.
II. Mauricio Carrera
Hace ya varias décadas, Fabio Morábito, el antropólogo Saúl Millán, Mauricio Carrera y el que escribe aplicamos a la beca de Narrativa que daba, en ese entonces, el INBA-FONAPAS. Tuvimos la suerte y el privilegio de ser elegidos por el escritor y filósofo Alejandro Rossi, quien decidió dirigir este taller, dedicándonos todos los miércoles durante un año. Pronto las sesiones semanales se convirtieron en un placer que era al mismo tiempo una tortura. La inteligencia de Rossi, su capacidad de ver los errores conceptuales y de estructura en nuestras historias nos provocaban una frustración semanal. Sin embargo, don Alejandro sabía hasta dónde podía apretar nuestro cuello. Nos soltaba cuando estábamos ya medio morados. Creo que todos le agradeceremos siempre su pedagogía y su amistad, con la que nos distinguió hasta su muerte.
Desde entonces, Mauricio ha escrito varias decenas de libros: cuento, novela, recientemente teatro, periodismo, ensayo literario… Ha incursionado con éxito en todos los géneros. La complicidad amistosa y literaria me ha llevado a leer casi todos sus libros. Mis favoritos son La derrota de los días (2010) donde su personaje Joaquín Ríos recrea a José Revueltas, y La vida endeble (2019), en la que Arturo Díaz Vigil, personaje menor de la inmensa novela Bajo el volcán, de Malcolm Lowry, le da nueva vida a Hemingway y a su pareja, la gran fotógrafa de guerra Martha Gellhorn.
III. Un reino igual a ti
“La vida es triste. Le escuché decir a un soldado. Tenía vendajes viejos y sucios en la cabeza. Le falta un ojo, algo reciente, a juzgar porque aún sangraba. Las moscas lo seguían encariñadas a su olor y sus heridas. Rengueaba. Caminaba en su peculiar modo de miserable como si hubiera perdido la razón. O tal vez era el más cuerdo de todos, el más sabio…
– La vida es triste…
Algunos se burlaban, envalentonados por tener sus huesos y sus armas en su sitio, o por ser recién llegados y haber visto poca guerra.
– La vida es triste. La vida es triste… -repetía, y alzaba polvo al arrastrar su pierna coja, su pierna mala”.
Esta nueva novela de Mauricio Carrera se propone reconstruir la conquista de México, desde la mirada de las mujeres indígenas, los conquistadores españoles y un personaje taíno, mestizo, punto de encuentro de varias culturas.
La novela histórica es una cumbre difícil de escalar. El novelista y antiguo becario de Rossi lo hace con soltura, quizá porque, como conté que dijo Muriel Barbery al principio de este ensayo para los lectores de Hipócrita lector, lo que importa es comprender la experiencia de los personajes. Un reino igual a ti (Delirio, 2023), la más reciente obra de Mauricio Carrera, tiene un sabor amargo, porque los conflictos armados así son: “No hace bien a nuestras esperanzas caminar entre cadáveres”. Sigamos construyendo con nuestras creaciones literarias, querido Mauricio, “un gran libro de recuerdos”.
