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jueves, noviembre 21, 2024

La Naturaleza Dual de la Política

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El hombre ha reflexionado sobre política desde tiempos ancestrales. Ese pensamiento siempre ha oscilado entre dos interpretaciones diametralmente opuestas.

Maurice DUVERGER, politólogo francés, compara esta dicotomía con la imagen de Jano, uno de los dioses antiguos de Roma, guardián de puertas, cuyas entradas y salidas vigilaba. Por esa razón se le representaba con dos rostros opuestos.

Para algunos, la política es esencialmente una lucha, un combate, una guerra por el poder que permite a los individuos y a los grupos que lo detentan, asegurar su dominio sobre la sociedad y obtener provecho de ello. Para otros, la política es un esfuerzo dedicado a impulsar la supremacía del orden y la justicia; es asegurarse que el poder sirva a los intereses generales, con objetivos sociales claros.

Para los primeros, la política sirve para mantener los privilegios de una minoría sobre la mayoría; para los segundos, la política es un medio para realizar la integración de todos los individuos en la comunidad para crear la Ciudad Justa, de la cual hablaba Aristóteles.

En definitiva, la esencia misma de la Política, su naturaleza propia, su verdadero significado, es ambivalente. El poder instituido dentro de una sociedad -el Estado– expresa una realidad política profunda, que son las dos caras de Jano:

  • Instrumento de dominación de unas clases sobre otras, o de intereses de unos sobre los intereses de otros;
  • Instrumento para asegurar un orden social, una cierta integración de todos dentro de la colectividad con el fin de alcanzar mejoras sociales.

A través de la historia, una y otra cara conviven y coexisten. Duverger afirma que la proporción en que se manifiestan depende de las épocas y de las circunstancias. Yo agregaría que mucho depende del nivel de conciencia alcanzado por el hombre, factor que hoy, más que nunca, cobra una importancia vital.

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