La sección 23 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se convirtió en un auténtico caso de estudio en las primeras elecciones con voto universal, secreto y directo del sindicato magisterial. En unas semanas se llevará a cabo la unción de nuevo secretario general y comité seccional. Una de las principales demandas al interior del sindicato es que realmente se escuche la voz de los maestros, lo cual, por la propia naturaleza de la organización magisterial, es casi imposible. También ha crecido la demanda de que el Comité Ejecutivo Nacional saque las manos de los procesos electorales, ya que en varias secciones del país sus delegados acuden con la instrucción de imponer al candidato palomeado previamente desde la Ciudad de México. El tema no es menor ya que en el caso de la sección 23 podría presentarse un auténtico conflicto de intereses, pues el presidente del Comité Nacional de Elecciones (CEN) es el exsecretario general del SNTE 23 Jorge Rodríguez Méndez, quien todavía tiene una injerencia importante en el sindicato. ¿Con qué seguridad los trabajadores de la educación pueden tener una elección con piso parejo si el árbitro tiene un interés en la vida seccional? En la página del CEN se enlistan las principales atribuciones que dan mucha luz de lo que les comentamos. “Somos —refiere el portal— el depositario de la autoridad electoral, con la atribución de emitir nuestras propias resoluciones en los términos de nuestro Estatuto/Supervisamos los procesos de elección, votación, escrutinio y cómputo general al interior del Sindicato, a fin de brindar certeza sobre los procesos y sus resultados/Comprobamos la elegibilidad de los candidatos para los procesos electorales, cerciorándonos de que cumplen cabalmente los requisitos necesarios para ser tus representantes/Resolvemos las inconformidades interpuestas durante los procesos de elección de dirigentes e informamos sobre la resolución de los mismos/Emitimos o actualizamos el Reglamento de los Órganos Electorales del Sindicato, siguiendo mejores prácticas en el ámbito de la participación sindical”. Bajo esta lógica, entonces, cómo puede garantizar el CEN certeza del próximo proceso electoral, si la principal cabeza está metida políticamente hasta el tuétano apoyando a su propio grupo magisterial que, a su vez, tiene acuerdos con otras fracciones al interior de la sección. Las dudas matan.
EL RAQUÍTICO PRD
Si alguien tenía duda del vil oportunismo político de Roxana Luna Porquillo con el Programa de Verificación Vehicular, el exgobernador de Michoacán Silvano Aureoles confirmó que la perredista cholulteca y el actual dirigente del enclenque sol azteca poblano, Carlos Martínez Amador, son las cartas de ese partido para la gubernatura de Puebla. Así estará el PRD poblano para que dos morenovallistas sean las únicas fichas que tienen para jugar, sin mucho futuro, en la elección de 2024. Pese a que el michoacano vino a destapar a ambos políticos, en realidad la apuesta del sol azteca en Puebla va en otro sentido: colgarse de la alianza Va por Puebla a fin de no perder su registro como partido político y sumarse a la repartición de votos que garantiza una coalición. Ya lo han dicho muy bien los panistas: A estas alturas, el PRD es un equipaje muy pesado con el que tienen que cargar, ya que piden mucho y abonan poco. Y de eso no hay ninguna duda.
