25.6 C
Puebla
jueves, abril 18, 2024

Claudia Rivera, el ariete de Armenta

Más leídas

Claudia Rivera Vivanco y Alejandro Armenta Mier siempre han sido aliados y su pacto se selló en los primeros meses de 2019 cuando ambos complotaban para echar abajo la candidatura de Miguel Barbosa Huerta, luego de la tragedia del 24-D.

Eran tiempos en que la alcaldesa apenas comenzaba a asomar la cabeza en el concierto de complicidades. En su lógica, al arribar Alejandro Armenta Mier a la gubernatura le abría la posibilidad no sólo de la reelección en la presidencia municipal sino para que ella llegara a Casa Aguayo en 2024.

Ninguna parte del plan se concretó debido a que Armenta fue bajado de la contienda, por lo que Claudia Rivera se atrincheró en la alcaldía.

El problema fue que su pésimo desempeño al frente del municipio se vio reflejado en las urnas en 2019, de ahí que el PAN arrasara en la capital y la zona conurbada. Pese a esa situación, Miguel Barbosa logró alianzas y creó su propia estructura que le dio el triunfo en los comicios, en los que tuvo como contrincante al insípido Enrique Cárdenas Sánchez.

Con el cambio de poderes, Rivera Vivanco comenzó una franca rebelión y lucha contra el mandatario estatal que estuvo aderezada más de intrigas que de política de altura.

Al acercarse la elección intermedia, el gobierno de Claudia Rivera naufragaba. Todos los sabían, pero la alcaldesa se negaba a aceptarlo.

Fue allí cuando Alejandro Armenta entró nuevamente en escena para respaldar a su aliada. De entrada, la ayudó a incidir en la mejoría de su imagen pública, a comunicar más acertadamente sus acciones de gobierno y apostar por una estructura propia -construida por ambos- para ir a la guerra electoral. El apoyo, hay que decirlo, le sirvió a la alcaldesa, pero no fue suficiente.

En la elección de 2021 perdió estrepitosamente por el voto de castigo de los ciudadanos. (Sí, no ganó Eduardo Rivera Pérez ni el PAN, perdió Claudia Rivera). Esa debacle trajo más infortunios a la alcaldesa, quien quedó exhibida en su condición política real ante los actores nacionales que la respaldaban.

Sin la estructura de gobierno, la morenista inventó una organización para seguir haciendo proselitismo, pero nada de eso la ayudó. Simplemente desapareció del mapa. Luego vino el escándalo por su presunto desfalco financiero al Ayuntamiento por más de 800 millones de pesos detectados por Auditoría Superior del Estado.

Y el último clavo en el ataúd fue la condena del Tribunal Electoral del Estado de Puebla por violencia política por razones de género cometida en contra de su exconsejera jurídica Yasmín Flores Hernández.

La sentencia incluyó la inscripción de Claudia Rivera en el Catálogo de Sujetos Sancionados por Violencia Política, lo que prácticamente le impide -hasta el momento- participar en el proceso electoral de 2024.

Con todo este contexto en las espaldas de la morenista, Alejandro Armenta decidió rescatar a su otrora aliada.

¿Por qué?

Porque el senador tiene acceso a la influencia del presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal Ávila, con los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que serán los que dicten la última palabra en el proceso contra Claudia Rivera. Si logra salvarla, entonces, Armenta Mier ganaría una ficha más en el proceso interno de Morena que le sirva de ariete en las negociaciones por venir.

Hasta la fecha, la secretaria de Economía estatal, Olivia Salomón, es la única que ofrece auténtica competitividad para Morena en caso de que la candidatura a la gubernatura recaiga en una mujer. Es, además, la que más ha crecido en los sondeos de opinión sin necesidad de una ostentosa proyección. Y, lo más importante, es la única en todo Morena que, por su perfil, puede romper el voto duro del PAN (principal adversario en la contienda de 2024) y el PRI.

Meter a Claudia Rivera en la puja tanto por la gubernatura como por la alcaldía de Puebla le garantiza a Alejandro Armenta una ficha de cambio sin descuidarla, ya que puede negociar para ella una diputación local o federal que es, realmente, para lo que le alcanza.

En caso de que Rivera Vivanco no pueda revertir el fallo de los magistrados electorales, Armenta de todos modos tendrá una aliada entre los sectores duros del morenismo, cercanos a Claudia Sheinbaum Pardo, que mucho le ayudará a cabildear su perfil ante la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

El senador lo que necesita es, precisamente, que la gente cercana a Sheinbaum hable bien de él y una de las mejores aliadas de Claudia Rivera para es función es Bertha Luján Uranga, expresidenta del Consejo Nacional de Morena.

Es por eso que, en sus redes sociales, el senador Armenta publicó su encuentro con la exalcaldesa. “Con gusto recibimos a mi amiga @RiveraVivanco, expresidenta Municipal de Puebla, que me hace entrega de una propuesta de iniciativa de Ley a favor de las mujeres. Desde el @senadomexicano, promovemos y apoyamos todas las acciones en favor de las mujeres. ¡Agradezco su visita!”, reza el tuit, acompañado de un video.

Lo que realmente está detrás de esa publicación es la reafirmación de una alianza en la que ambos se utilizarán para lograr sus fines. Nada que sea extraño en el mundo de la política.

¿Cuánto le aportará o restará la alianza con Claudia Rivera al senador Alejandro Armenta? Esa es la pregunta que solo los siguientes meses contestarán.

Armenta está en su propio juego: sembrar el camino para su candidatura y Claudia Sheinbaum es la aduana más importante después del presidente Andrés Manuel López Obrador. Aunque, en mi opinión, creo que existen figuras con mejor prestigio para conseguir ese objetivo, lo cual ya dice mucho del senador sobre sus alianzas con los miembros de la élite nacional.

Notas relacionadas

Últimas noticias

spot_img