En una charla desde Miami, Florida, con Piro Pendás (Porfirio Pendás Kouri, La Habana, Cuba, 66 años), músico, cantante, compositor y productor, líder de la banda mexicana de rock Ritmo Peligroso –la cual, dicho sea de paso, está de manteles largos por su aniversario número 45 en la escena musical–, aproveché para preguntarle algunos temas con fines didácticos musicales.
Fue a los 20 años de edad cuando Piro forma la primera agrupación de punk mexicano y una de las pioneras del género en América Latina, que en sus inicios se llamaba Dangeros Rhythm, con la cual comienza a cantar y a componer canciones que difundía a través conciertos, en los llamados hoyos fonkys, lugares clandestinos como sótanos y bodegas en donde los grupos interpretaban su música, su primer tocada fue en 1978 en el hoyo de Paco Gruexxo, en Tlatelolco.
En búsqueda de darle identidad al rock mexicano, el nombre de la banda tránsito al español, ya como Ritmo Peligroso, enfocado en ritmos latinos, y de ahí surgen canciones como Marielito, Déjala tranquila, Jugando chueco (en coautoría con Carlos Warman), La guerra acaba, Matacandela (escrita en colaboración con Avi Michael Jamgotchian, Eduardo Ávila, Jorge Arce y Diego García), Pa’que violencia, Amor en América, Modern Minds, Tráfico, Abandono y Narconación, estas tres últimas coautorías con Avi Michael Jamgotchian.
Al César lo que es del César y a Ritmo Peligroso hay que reconocerle varias cosas, una de ellas es que fue de las primeras bandas de rock mexicano en hacer giras por Estados Unidos, una de ellas fue en 1987 en San Francisco, California, donde alternaron con el guitarrista Carlos Santana.
Fue la primera banda de punk que tocó en vivo y que grabó disco, por lo que debe reconocerse como la primera banda de fusión en los años 80. Cuando muchos aquí estaban con influencia extranjera y popera, Piro y la banda tocaban la rola de Marielito que en el año de 1984, que revolucionó el movimiento de rock en tu idioma, tratando de darle una identidad al rock mexicano con el disco En la mira, eso me lo contó el de viva voz.
En esta tertulia no podíamos dejar de hablar de ¡Avándaro! El Festival Rock y Ruedas de Avándaro (conocido como Festival de Avándaro o simplemente Avándaro) fue un festival de rock mexicano celebrado el 11 y 12 de septiembre de 1971 y es tema obligado. El llamado gran festival de Latinoamérica que, en mi muy humilde opinión, detuvo la historia del rock en México. En ese tiempo los grupos mexicanos de rock psicodélico que formaron parte del movimiento fueron once bandas: Los Dug Dug’s, El Epílogo, La División del Norte, Tequila, Peace & Love, El ritual, Bandido, Los Yaki con Marita Campos, Tinta blanca, El amor y Three Souls in My Mind. La número 12, Love Army, finalmente no actuó.
Imaginen ustedes, ¡respetable público!, a 250 mil personas reunidas. O dicho de otro modo, para poder dimensionar, es el equivalente a tres estadios Azteca llenos, un Woodstock dos años después de Woodstock en el Estado de México. Este fue el principio del fin: 12 horas de música de estas bandas bastaron para que el gobierno impulsara un veto para las disqueras de la radio y el no permitir conciertos durante una década, pero años más tarde surgiría Ritmo Peligroso y tiempo después festivales emblemáticos como el Vive Latino.
Una anécdota que definitivamente no me podía quedar sin saber es precisamente cuando cerrando la década de los 80, para ser preciso el 15 de diciembre de 1989, mientras Alejandro González Iñarritu era director de WFM se le ocurrió invitar a varias bandas al llamado primer concierto ecológico organizado por dicha estación de radio en la azotea del World Trade Center de Ciudad de México, donde interpretaron su canción emblemática Contaminado, de hecho Iñárritu le pidió a los radioescuchas que salieran a la calle y con espejos en mano los reflejaran al Sol para que supieran que los estaban escuchando y de repente había miles de personas viendo ese concierto en vivo y con sus espejos destellando por toda la ciudad.
Hoy, a 45 años de distancia, Ritmo Peligroso es un referente en materia de rock en México y Piro ha sabido mantenerse en esta vorágine tecnológica, sin perder la esencia de su música. En este tiempo de pandemia se ha subido al tren de la digitalización y el 1 de julio de 2020 creó, con apoyo de su hijo Juan Pablo y su esposa Claudia Saavedra, el podcast ¿Cómo está la banda?, con unas tertulias entre amigos donde han desfilado Álex Lora, Cecilia Toussaint, los hermanos Fernando y Sergio Arau, Micky Huidobro (de Molotov), entre otros.
Con mucha más experiencia en todos los sentidos, tanto la banda como Piro aseguran que la espera y la paciencia es una parte muy importante de la vida del músico y eso lo plasma en el libro de poesía Sentido Contrario (Ala Ediciones, 2021), el cual mezcla el presente con la historia, incluye videos y canciones a través de código QR que le imprimen un estilo novedoso para consultar la música a través de un mamotreto.
Sobre el retiro de los escenarios, pregunta obligada, la respuesta es corta, simple, sencilla y llana: no está en sus planes.
La columna de esta semana ha terminado, pueden ir en paz a escuchar a Ritmo Peligroso.
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