Las torpezas de Moisés Ignacio Mier Velazco siguen cobrando factura al presidente Andrés Manuel López Obrador y al secretario de Gobernación federal, Adán Augusto López Hernández, en su plan de reforma electoral que ha convulsionado el trabajo del Senado de la República.
Luego de que el presidente de la Cámara de Diputados avalara la aprobación de una reforma electoral llena de inconstitucionalidades que tuvo que reconocer públicamente el presidente de la República, la Cámara de Senadores tuvo que limpiar en un solo día el cochinero político que les envió San Lázaro.
Pese a la intervención de lleno del secretario de Gobernación para controlar la discusión al interior del Senado, el senador Ricardo Monreal Ávila tuvo una doble suerte: darle sentido a un mamotreto inconstitucional y ayudarlo a convertirse en un factor de poder, a pesar de la lejanía con Palacio Nacional.
Previo a la sesión de la Comisión de Gobernación, el funcionario federal se reunió con el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República para detallar los errores que encontró en la Minuta de reforma aprobada en Cámara de Diputados y que deben de ser corregidos.
Monreal Ávila apuntó que la iniciativa que se aprobó en San Lázaro y la que se publicó en la Gaceta Parlamentaria no son la misma, lo que representa un riesgo al aseo legislativo y brinda la posibilidad de que los diputados de oposición acudan a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para promover acciones de inconstitucionalidad e invalidarlas.
En la reunión, el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores presentó alrededor de 21 propuestas modificadoras al dictamen que fue aprobado por la Cámara Baja para corregir las acciones de inconstitucionalidad que impedían su aprobación.
Del análisis que realizó Monreal Ávila con el secretario de Gobernación, solo seis propuestas de modificación fueron integradas al proyecto de dictamen y se llevaron a análisis de las comisiones unidas.
Pero el trato de la reforma en comisiones ha sido igual de desaseado que en la Cámara de Diputados, todo con el fin de limpiar el desastre que dejó el coordinador de Morena en San Lázaro.
Con una serie de modificaciones, los senadores convocaron a sesión de comisiones unidas de Gobernación y de Estudios Legislativos Segunda, pero la sesión programada a las 11:00 horas se complicó debido a que una de las comisiones no logró el quórum suficiente para sesionar, por lo que solamente sesionaron los de Gobernación.
En una sesión de 36 minutos, los senadores de la comisión de Gobernación aprobaron el proyecto de reforma con las correcciones trabajadas previamente, sin embargo, al no tener la aprobación de la Comisión de Estudios Legislativos el dictamen no se podía subir al Pleno.
No obstante, por la tarde, y tras una discusión de los senadores de la comisión, los legisladores lograron juntar el quórum legal para sesionar y aprobar el proyecto de reforma para poder discutirla en el Pleno de la Cámara Alta.
El presidente de la Mesa Directiva, Alejandro Armenta Mier, convocó a sesión extraordinaria del Pleno para este día a las 18:00 horas para que se apruebe y se regrese el dictamen a la Cámara de Diputados para su aprobación y publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Entre las propuestas que planteó el líder del Senado están las correcciones a las adhesiones que realizó Mier Velazco a la iniciativa del presidente de la República, consistentes en la transferencia de votos en una coalición, que le daría vida artificial a los partidos pequeños que estén en riesgo de no alcanzar el 3 por ciento de la votación válida emitida.
La maniobra ejecutada por el diputado federal poblano señalaba que “al partido político nacional que no obtenga, al menos, 3 por ciento del total de la votación válida emitida en cualquiera de las elecciones que se celebren para la renovación del Poder Ejecutivo o de las Cámaras del Congreso de la Unión, le será cancelado el registro”.
Sin embargo, la modificación hecha por Mier Velazco –y que no fue propuesta por el presidente López Obrador– estipulaba que la pérdida del registro no aplicaría si los partidos políticos mantenían su registro local.
“Salvo que haya conservado el registro como partido local, obteniendo al menos el 3% de la votación válida emitida, en al menos la mitad más uno del total de las entidades federativas en donde se haya desarrollado una elección concurrente, esto aplicará para la elección donde se elijan Presidente de la República, senadurías y diputaciones federales, así como en la elección donde sólo se renueve la Cámara de las y los Diputados”, planteaba la reforma.
De acuerdo con versiones periodísticas, esta adhesión la propuso el coordinador de Morena en conjunto con el líder parlamentario del Partido del Trabajo (PT), Gerardo Fernández Noroña, con el propósito de mantener vivos a los partidos políticos con menor votación y que son aliados del partido obradorista.
En la revisión de las comisiones los senadores determinaron eliminar dichas disposiciones agregadas y decidieron apegarse a las reglas actuales establecidas en la ley General de Partidos Políticos.
Asimismo, la modificación de Mier Velazco en la Cámara Baja plantea mantener el financiamiento a los partidos políticos que pierdan el registro a nivel estatal, siempre y cuando lo mantengan a nivel nacional, lo que va en contra de la propuesta presidencial de generar ahorros.
“Los partidos políticos con registro nacional vigente conservarán su registro local y obtendrán financiamiento público en la entidad correspondiente, con la sola conservación de su acreditación nacional”, externó.
Sin embargo, la Cámara Alta rechazó el cambio y restableció la actual disposición que plantea que: “para que un partido político nacional cuente con recursos públicos locales debe obtener el 3 por ciento de la votación válida emitida en la elección de diputaciones de Congresos locales en el proceso electoral local anterior en la entidad federativa de que se trate”.
