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domingo, noviembre 24, 2024

Disfruta Barbosa popularidad también en tierra ajena

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Con una participación superior a las 150 mil personas, el contingente de Puebla en la marcha de festejo de los cuatro años de la Cuarta Transformación (4T), a la que convocó Andrés Manuel López Obrador, se dejó ver festivo durante el recorrido por Paseo de la Reforma y se concentró en el Zócalo, en donde el presidente de la República cerró con un largo discurso, tras un recorrido de seis horas.

Los poblanos no pasaron inadvertidos en la capital del país este 27 de noviembre, y el mandatario poblano, Miguel Barbosa Huerta, recibió uno de los primeros saludos del tabasqueño, quien le estrechó la diestra con una amplia sonrisa, en cuanto lo vio en la vanguardia, antes de la salida del contingente.

A la concentración asistieron también las expresiones que han manifestado su interés de participar en la sucesión poblana de 2024 -Olivia Salomón, secretaria estatal de Economía; Sergio Salomón Céspedes Peregrina, presidente del Congreso local, y el titular de Salud, José Antonio Martínez García-, aunque su asistencia fue frente a Palacio Nacional, con varias horas de antelación a la llegada del titular del Ejecutivo federal.

POBLANOS EN LA MARCHA

De varios municipios, los grupos poblanos desdeñaron el emplazamiento para reunirse con asistentes de otros estados en la explanada del Auditorio Nacional, para salir con rumbo a la Plaza de la Constitución.

En cambio, se concentraron mayormente en el Zócalo, desde antes de la llegada del tabasqueño, y también en menor medida arribaron al Ángel de la Independencia.

“Quiero ver al ANLO” (sic), fue la frase de expectativa pueril de una niña de no más de 11 años, quien llegó con sus padres desde Izúcar de Matamoros, Puebla, mientras esperaba a unos pasos de la sede del Senado de la República, en la intersección de las avenidas Insurgentes y Reforma, el paso de Andrés Manuel.

Muy cerca de ella, los tecuanes, personajes del baile característico de la Mixteca Poblana, realizaban su interpretación.

EL SALUDO AMLO-MB

La fiesta hacia las 10 horas estaba en pleno y hacía apenas unos minutos, a unos pasos del Ángel, que el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, había estrechado la mano del presidente, justo cuando hizo su arribo para encabezar la movilización.

Las palabras fueron de tiempo breve, pero el mandatario aprovechó para reiterar el apoyo de los poblanos a su mandato.

En silla de ruedas, para agilizar su movilidad, Barbosa Huerta fue encontrando muestras de apoyo a su paso, solicitudes de fotos y hasta de entrevistas de espontáneos.

“Ahí va Miguel Barbosa, el de Puebla”, eran comentarios a su paso, sobre Paseo de la Reforma.

En ese momento y en esa parte de la marcha, junto con la campechana Layda Sansores Sanromán, el poblano se llevó la atención de los presentes.

Con desenfado, Miguel Barbosa bromeaba, coreaba las porras, pedía detener su paso para escuchar a quienes se le acercaban, mientras lo acompañaban su esposa, María del Rosario Orozco Caballero, su hijo Miguel Barbosa Orozco y un discreto y pequeño grupo de acompañantes.

POPULARIDAD EN TIERRA AJENA

Desde su arribo, hacia las 8:50 horas, por la calle de Florencia, directo a la rotonda del Ángel de la Independencia, Barbosa fue reconocido por integrantes del Frente Juvenil Mixteco, que le dedicaron porras que alternaron con otras para López Obrador.

En la Ciudad de México, al reconocerlo personas de otras entidades y de la capital del país también le dedicaron aplausos y le pidieron saludos, fotos y entrevistas, así como mensajes videograbados.

Al arranque de la macha, tras la aparición de López Obrador, el caos fue tal que la comitiva del gobernador debió buscar espacio seguro entre los empujones, pero fue el propio Barbosa quien instruyó a su equipo a regresar a la marabunta y marchó a unos pasos del presidente.

Así ocurrió por más de dos horas, hasta poco más adelante del monumento a Cuauhtémoc, en la intersección con Insurgentes, frente a la sede de la Cámara Alta, cuando ante la lentitud del avance del presidente, el equipo de resguardo de López Obrador decidió sacarlo para buscar una ruta más libre y directa al Zócalo.

Hasta ese momento, López Obrador, Barbosa y otros que marchaban en un bloque compacto, apenas habían avanzado 1.3 kilómetros, en dos horas. El trayecto completo hasta la plaza, frente a Palacio Nacional, era de 4.5 kilómetros, que hubiera sido imposible completarlo a tiempo.

 

LA MIRADA PUERIL

“Quiero ver al ANLO”, fue la frase repetitiva de la pequeña de Izúcar. “Ahí va el ANLO”, dijo a su paso apretado y atribulado, protegido por su ayudantía y al lado de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo.

Empapado en su transpiración y literalmente sudando la gota gorda, el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, pedía prudencia y espacio a una tumultuosa y entusiasta masa, que se arremolinaba para tocar, saludar y ver al mandatario.

Al lado de ellos, en buena parte del trayecto, apareció también el senador poblano de Morena, Alejandro Armenta, quien en sus redes aseguró que “la soberanía y la democracia son pilares del gobierno de la Cuarta Transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador”.

A esa altura, fue imposible seguir y hacia las 11:30 horas, se buscó la ruta alternativa, aunque también por esa fue muy lento el traslado.

En el Zócalo, la secretaria de Economía de Puebla, Olivia Salomón festejaba en entrevista que “la concentración de miles de mexicanos haya sido una fiesta, para manifestar la importancia de que continúen los avances del movimiento de transformación que se vive en el país”.

Ahí también, en el histórico sitio del centro de la capital del país, el presidente del Congreso, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, refrendó su compromiso de trabajar para consolidar la 4T en Puebla y seguir los principios del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

El doctor Juan Antonio Martínez, secretario de Salud, consideró que la marcha es “una fiesta cívica… sigamos apoyando al presidente y al gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, para seguir combatiendo la corrupción y la delincuencia y sumémonos para trabajar en beneficio de la gente”.

Al mediodía, el clima era generoso, ni el calor dominical, ni el frío remanente del otoño.

La niña de Izúcar levantaba una banderita y festejaba ante su mamá: “vi al ANLO”.

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