Hace unos días la Secretaría de la Función Pública (SFP) del Gobierno de Puebla, cesó al director del Instituto de Poblano de la Juventud (IPJ). Más allá de hacer leña del árbol caído, me gustaría reflexionar sobre lo que en otros espacios he sostenido como la caricaturización de la política juvenil.
La juventud, diversa y polémica ha sido prejuiciada principalmente por una visión adultocentrista que estigmatiza en nuestra generación la inexperiencia e inmadurez para excluirnos de las discusiones relevantes de la vida pública. En su lugar, se construyen foros, espacios y ficciones autorreferenciales para hablar cientos de veces sobre lo mismo: sexualidad, drogadicción y deporte; pero no de sistema de pensiones, innovación y emprendimiento con perspectiva de clase, responsabilidad financiera o salud emocional, por poner algunos ejemplos.
En el peor de los casos, la Juventud es utilizada como el símil de un grupo entusiasta para lanzar porras a los políticos en turno; sin percatarnos —quizá— que somos el sector poblacional que es capaz de decidir una elección y que actualmente según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las personas entre 18 y 29 años somos el grupo poblacional mayoritario.
Veo con tristeza cómo se “chamaquea”, “juvenea” y pervierte a mucho talento joven, que más allá de la foto en los parlamentos juveniles intrascendentes, pero geniales para las poses, terminan en un exceso de iniciativa que conduce a la frustración o en el acomodo zalamero de un actor, que después puede ser defenestrado.
A nivel federal hay algunos ejemplos relevantes que han beneficiado a nuestra juventud, por ejemplo, las Becas Benito Juárez, Jóvenes Construyendo el Futuro, Jóvenes Escribiendo el Futuro, etcétera; así como otras experiencias exitosas a nivel local, como en la Ciudad de México que se han implementado las becas PILARES (Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes), las Becas para estudiantes de educación media superior, etcétera.
Sin embargo, debemos ir más allá de pensar en el ingreso básico de este sector, que es una fuerza laboral desperdiciada, sino se cuenta con acciones específicas para la profesionalización y vinculación laboral inmediata. Hay que hacer exigibles cuotas de representación política, así como políticas públicas que nos integren en la toma de decisiones, es decir acciones sustantivas para la juventud.
En el contexto de la sucesión presidencial y de Casa Aguayo, hemos de destacar el papel que jugaremos con los aspirantes a la gubernatura, los espacios protagónicos que ocuparemos y las estrategias para insertarnos EN SERIO en la construcción de una agenda programática fresca, juvenil, provocadora y democrática; de esa manera romper con las dinámicas simuladoras y perversas que ven en la juventud un mero rédito electoral.
Ángel Custodio:
Eduardo Rivera Pérez continúa en su ambición por tener más recursos para promover sus aspiraciones políticas. En el proyecto de Ley de Ingresos 2023, añadió impuestos destinados a las personas más pobres; además del impuesto por Derechos de Alumbrado Público (DAP), se implementarán nuevos cobros por concepto de Derechos, por ejemplo, cobro de licencias de construcción de obra menor y derechos por regularización de Obras. Todos estos destinados a los bolsillos de los más pobres.