La reforma al Poder Judicial propuesta por el gobernador Miguel Barbosa Huerta se había convertido en un punto de inflexión que permitió demostrar que no importan las diferentes políticas, siempre y cuando se ponga en el centro del interés a los ciudadanos. Casi todas las fracciones partidistas en el Congreso del estado respaldaron la minuta de la reforma y si bien no hay unanimidad, ya que existen legisladores que la votarán en contra, la iniciativa contará con el apoyo mayoritario para darle total legitimidad. Un punto que no debe olvidarse es que los trabajos fueron coordinados por el coordinador de la fracción del PAN, Eduardo Alcántara Montiel, quien logró unanimidad al interior de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales; así como por Eduardo Castillo, de Morena, presidente de la Comisión de Procuración y Administración de Justicia (allí el único negrito en el arroz fue la panista Mónica Rodríguez Della Vecchia, quien ya se sabe anda jugando a la doble moral: por un lado actúa institucionalmente y, por el otro, se prepara para ir en contra). El hecho de que haya discusión y disenso es parte de la democracia parlamentaria, pero al final todas las voces fueron escuchadas y aquellas que digan lo contrario será porque se negaron a participar en las continuas mesas de discusión. La reforma permitió hacer
política de la buena e impulsar un trabajo que desde hace mucho tiempo no se veía en el Poder Legislativo. Los diputados locales estuvieron a la altura para analizar y consensar una reforma de gran calado, que será el más importante giro emprendido por la administración barbosista.
¿ES VIABLE UN FRENTE OPOSITOR PARA 2024?
La pregunta no es ociosa ante la realidad que viven los partidos de oposición a nivel nacional. Todo indica que la coalición Va por México terminará extinguiéndose y el culpable fue Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito, quien con tal de salvar el pellejo empinó a sus aliados opositores. Este movimiento llevó a una crisis entre los diferentes partidos y, así como están las cosas, solo el PAN y el PRD irían juntos a la elección federal. El PRI cumplirá el papel al que estaba condenado: la traición. El hecho de que el tricolor lance a un candidato propio no sólo dividirá el voto opositor sino que, junto con Movimiento Ciudadano, pulverizarán un gran frente contra la 4T. En el caso de Puebla existe la posibilidad de que haya un acuerdo político, pero está muy lejos la posibilidad de un gran frente de oposición como lo quiere el alcalde Eduardo Rivera Pérez. Para que lo haya sería necesario que se sumen PRI, PAN, PRD y MC. La postura de este último dependerá de la correlación de fuerzas que haya a nivel nacional, pues Fernando Morales Martínez es solo un líder de papel que obedece sin chistar las instrucciones de Dante Delgado Rannauro. En el caso del tricolor todavía queda mucho camino por recorrer. No hay nada definido ni local ni nacional, a pesar de que varios actores digan lo contrario.