Los diputados federales Humberto Aguilar Coronado, alias El Gatito traidor, y la inexperta Carolina Beauregard Martínez fueron los responsables de instigar una campaña de golpeteo en contra del gobernador Miguel Barbosa Huerta, a raíz de la indicación que les dio la dirigente estatal del PAN, Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández, para que se lanzaran con todo contra la gestión estatal. El par de legisladores pretendían que todos sus compañeros de la fracción poblana y los que se pudieran se unieran al coro de niños cantores, quienes también invitarían a colectivos feministas -ligados a la polaca- para hacer una campaña. Todo indica que la intentona falló debido a la escasa capacidad de convocatoria del Gatito Aguilar y la inexperta Caro, pero el hecho de que comiencen a moverse es un síntoma de que ambos están dispuestos a jugársela a muerte con el alcalde Eduardo Rivera Pérez. En el caso del Gatito Aguilar se ve que ya dejó sus aspiraciones a la gubernatura para centrarse en la presidencia municipal de Puebla, ahora que el edil anunció su arranque de campaña -lo que es una payasada ya que está en campaña a Casa Aguayo desde el día después que ganó la elección intermedia. Respecto a Carito, pues ya confirmó su traición a sus antiguos amigos y aliados, por lo que se echó a los brazos de Augusta Valentina y Lalo Rivera pensando que le van a dar un hueso muy grandote ahora que ganen en 2024. Así de disparatada está la legisladora. (A ver si nos acusa de violencia política de género).
LA CRISIS QUE EL PAN NO QUIERE VER
En 2021 la zona conurbada de la capital poblana se pintó de azul a consecuencia de los pésimos gobiernos municipales de Morena, principalmente el de Claudia Rivera Vivanco, el epítome de la corrupción y la negligencia criminal. El problema es que los ayuntamientos fueron sustituidos por políticos que se pelean por ver quién es el peor o quién pasará a la historia por encabezar la más absurda administración municipal. Eduardo Rivera Pérez, de Puebla; Paola Angón Silva, de San Pedro Cholula; Edmundo Tlatehui Percino, de San Andrés Cholula; Filomeno Sarmiento, de Cuautlancingo, son la expresión viva del fracaso panista para gobernar. De hecho, los alcaldes suman dos características que, por sí mismo, dice mucho: el primero y el cuarto repiten como alcaldes sin que se vea que hayan aprendido nada, sus gobiernos están plagados de sospechas de corrupción (a lo mejor aprendieron a robar mejor) e ineficiencia, lo cual resulta imperdonable pues se supone que cuentan con la experiencia suficiente para saber qué hacer y cómo de una manera más exitosa. En tanto, los ediles de las Cholulas son la mezcla de la inexperiencia y el resultado de poner a alguien investigado por corrupto. Paola Angón tiene un gobierno caótico, confrontado y plagado de denuncias por manejo irregular de recursos. Cómo estarán las cosas que ni sus propios regidores la quieren. Edmundo Tlatehui está igual o peor con una nota adicional: Cuando fungió como funcionario en la administración de Leoncio Paisano Arias terminó por formar parte de una voluminosa carpeta de investigación de la Fiscalía General del Estado por todas las raterías encontradas. La zona conurbada de Puebla influye de manera determinante en una elección estatal. El resultado de los gobiernos ante los ciudadanos marca una pauta de preferencia electoral y así como están las cosas queda claro que el panismo va en picada. Como dijera el gobernador Miguel Barbosa Huerta: lo gobiernos panistas resultaron peores que el PRI y ahora son aliados.
