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viernes, noviembre 22, 2024

Revalorización e infraestructura en la Sierra Norte de Puebla

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El caso del Complejo Hidroeléctrico de Necaxa y las relaciones de contacto comercial

La Sierra Norte de Puebla representa un lugar estratégico en varios sentidos. Desde un punto de vista geopolítico, es el tránsito forzado y de los más antiguos para acceder de la Costa del Pacífico a la Capital de Puebla y la Ciudad de México.

Como menciona Michael Mann (2004) sobre los procesos de modernización. Es indiscutible que existe una característica específica del modelo de modernización de América Latina que la define, lo que determina que sea de una forma o de otra.

Algunos grandes procesos que menciona el autor son: Las migraciones y la violencia.

Las estrategias de desarrollo en América Latina han dado una idea de lo que representa la modernización vista desde el lugar de enunciación como menciona Walter Mignolo (2007).

En algunos estudios, Mann afirma que solo los Estados con una capacidad de infraestructuras eficientes se convertirán rumbo al desarrollo y, por consecuencia, a la democracia. Tomando en cuenta este postulado y dejando de lado la capacidad homogeneizadora que se promueve con la propuesta de nacionalización en América Latina. Expondré en el presente ensayo, el caso específico de los cambios estilísticos en la simbología textil de la Sierra Norte de Puebla. Considerando los procesos de industrialización en la zona durante principios del Siglo XIX.

De acuerdo con los análisis de Portes: Conflicto, privilegio y explotación son las consecuencias clave que desencadena la definición más clara de “clase social” de Marx. En La estructura de clases en América Latina: Composición y cambios durante la era Neoliberal, Portes utiliza como marco conceptual específicamente las “clases sociales” y cómo se ha conceptualizado la orientación semántica de este componente.

La exposición del presente tema gira en torno al proceso comercial de la región de Huauchinango, Puebla, tomando como base la construcción del Complejo Hidroeléctrico de Necaxa.

Michael Mann afirma que solo los Estados con infraestructuras eficientes pueden convertirse en democracias plenas.

En este sentido, la presa de Necaxa podría representar, desde mi perspectiva y con base en los estudios de los cambios en la simbología textil de la zona, una implementación cercana al poder infraestructural, según la definición del autor.

La presa de Necaxa se comenzó a construir en 1930, durante la etapa postrevolucionaria, donde evidentemente existía un proyecto de integración cultural con ideales nacionales más definidas. Tomando en cuenta que los proyectos industriales son infraestructuras que penetran de alguna manera, agresivamente y con procesos violentos en las comunidades y que influyen en los cambios de paradigma, que se generan desde la percepción de los pueblos cercanos o en la periferia, se plantearán algunos detalles que analicé desde 2012 y que fueron expuestos en las XXIV Jornadas de Patrimonio Industrial (INCUNA), llevadas a cabo en septiembre de 2020 en Gijón, Asturias.

El poblado de Necaxa pertenece al Municipio de Juan Galindo, junto con la cabecera Municipal Nuevo Necaxa, y se conforma por las comunidades de Necaxaltépetl, La Mesa, Salto Chico, Nezuaya y Dos Caminos.

La región está habitada por el grupo étnico nahua y actualmente es descendientes del mismo grupo cultural, pero los procesos migratorios que generó la construcción de la Hidroeléctrica enriquecieron la diversidad en la zona de diferentes maneras.

A diferencia del postulado de Mann donde menciona que el sentido de establecer procesos “infraestructuralmente poderosos” tiene como consecuencia una reducción de la heterogeneidad étnica, perdiendo multiculturalidad y donde cada vez sería más evidente la pérdida de rasgos culturales en los Estados donde la industrialización se desarrollara, para el caso de Necaxa se desencadenó un fenómeno de integración cultural y delimitación en los procesos de contacto que se evidencia en la simbología textil y en la vestimenta tradicional, que, por cierto, a diferencia de otros pueblos con procesos industriales más violentos, provocan la pérdida irreparable del uso de las prendas tradicionales.

El autor menciona que tanto antes como después de los procesos de industrialización en América la homogenización sería una consecuencia generalizada. Pero el ejemplo que traigo a colación representa la primera Hidroeléctrica de toda América Latina: El Complejo Hidroeléctrico de Necaxa que fue construido en a partir de 1930 (Mejía, 1970).

La construcción de la presa de Necaxa generó un fenómeno de contacto cultural interesante en la región. La relación comercial entre los pueblos se potencializó por medio del tianguis trasladado en los alrededores de la presa.

En cierta medida la relación comercial entre los pueblos de la región fue motivado debido a la industria e influenció de manera particular en las prácticas culturales y en la forma de identificarse de los actuales comuneros.

En dicha región de la Sierra Norte se generó un impacto cultural más complejo que otros. Pues al instalarse migrantes de varias partes del mundo para explotar la presa, los habitantes de la región tuvieron un dinamismo comercial que en algún sentido refrenda lo que Portes aclara aludiendo a Wallerstein (1976, 1977): “La periferia se encuentra segmentada por su incorporación imperfecta” (Portes, 2009:357). Describiendo las relaciones modernas del capitalismo.

Uno de los fenómenos culturales que se desencadenó como consecuencia del contacto comercial en Necaxa fue la necesidad de identificación o la potencialización en la identidad de las culturas que comercialmente confluían en la zona desde tiempos previos a la Colonia y durante los procesos de colonización.

La construcción de la presa, además de aglomerar una gran cantidad de comerciantes o vendedores de productos locales, cosechas familiares y productos regionales, provocó un cambio estilístico en la simbología de las vestimentas tradicionales, según los estudios tipológicos que más adelante desglosaré.

De acuerdo con los estudios de campo que he realizado en la región, se reconoce que cada pueblo de unas décadas en adelante comenzó a definir más detalladamente la simbología de su vestimenta para poderse identificar desde una perspectiva más local. Es decir, si bien, la vestimenta tradicional para las décadas de 1930 a 1960, ya había sido definida desde la colonia con elementos propios de la cultura europea, como figuras de pavo reales, gallinas, caballos, entre otros animales que no pertenecían a la fauna americana, la simbología de cada Municipio y de cada comunidad sufrió cambios estilísticos, posiblemente para identificarse entre sí debido al constante contacto con el turismo y entre los grupos culturales que se tenían que relacionar en el tianguis comercial.

A esto hay que sumarle el contacto con árabes, franceses, italianos y canadienses ya establecidos en la región para la formación de colonias canadienses que correspondían a los grandes cargos de la Hidroeléctrica y los grupos migratorios que llegaron a Puebla años antes.

Si bien, los estados latinoamericanos se desarrollaron a su propio ritmo a diferencia de la formación de estados en occidente y las inversiones en infraestructura en América Latina no correspondían al mismo ritmo que en Europa para esos tiempos, en el caso de la inversión de un empresario francés en la Sierra Norte de Puebla, para la explotación de la enorme cascada de Necaxa, y consecuentemente para la absorción de una empresa canadiense para la culminación del proyecto que se convertiría en la primer hidroeléctrica de toda América Latina, demarcó un importante cambio tanto económico como cultural.

El gobernador Vicente Lombardo Toledano subió considerablemente los impuestos a la empresa canadiense para que representara una retribución más conveniente para el Estado.

Incluso, el fenómeno radica en que, más allá de que los pueblos indígenas fueran confinados a las periferias, por medio del tianguis y del comercio generado en los alrededores de la hidroeléctrica, se comenzaron, no precisamente a instalar dichos pueblos y comerciantes indígenas, sino que se adaptaron para el flujo comercial y esto desencadenó inconsciente o conscientemente la necesidad de identificación particularizada dentro de sus propias diferencias culturales.

En el caso de Necaxa los habitantes generaron diversas estrategias de adaptación, incluso; algunas prácticas de las comunidades aledañas fueron reforzadas.

 

Historia

Desde los orígenes de la industria eléctrica de la zona, el Municipio de Juan Galindo cuenta con infraestructura de primera calidad debido a la intervención Industrial, siendo uno de los lugares en donde las calles principales contaban con luz mercurial para el alumbrado público. El drenaje cuenta con una gran capacidad en las zonas nucleares, el pavimento y la arquitectura de las casas es característico en la región, se identifica por ser de estilo europeo. Las casas son grandes y permanecen bien cuidadas en Nuevo Necaxa y La Mesa.

Durante la construcción de la presa de Necaxa y años posteriores, con la construcción de la carretera de Poza Rica, migraron a la región nativos de Francia, Italia y una porción significativa de la comunidad árabe.

Los árabes recién llegados se asentaron en Tulancingo y consecutivamente en Huauchinango, lo que generó un fuerte impacto en el turismo. Siendo un grupo cultural poco común y con costumbres muy arraigadas, trajeron telas, materiales e introdujeron nuevas técnicas, también llevaron a cabo un proceso de inculturación porque muchos aprendieron a hablar la lengua náhuatl, el totonaco y el ñahñhú, como el caso del señor Juan Natale (Fundador de Casa Natale) descendiente directo de árabes, radicado en Huauchinango, cabecera municipal.

Con ejemplos similares se considera que la llegada e inculturación de comunidades árabes en la región de Tulancingo y Huauchinango pudo ser un factor determinante en los cambios estructurales que han tenido los diseños textiles de la indumentaria tradicional de los pueblos nahuas de la región.

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