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domingo, noviembre 24, 2024

La obra transformadora

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Quince obras inauguradas en solo una semana, por un monto cercano a 600 millones de pesos, nos da una idea de la magnitud de lo que está realizando la actual administración estatal, que encabeza el gobernador Miguel Barbosa, en materia de obra pública y social.  

Para la oposición y los grupos que critican sin fundamento, la cifra debe ser una bofetada con guante blanco, ya que, desde el inicio del gobierno, acentuado durante la pandemia, se dedicaron a criticar la presunta ausencia de infraestructura en el territorio estatal.  

Es claro que la contingencia sanitaria generada por la Covid-19 -de la cual no hemos salido, pero que tuvo un periodo de alta letalidad por lo menos durante todo 2020 y mediados de 2021- obligó a poner freno al sector construcción, por su alto nivel de interacción humana que facilitaría los contagios.  

Pero una vez que se dieron las condiciones de salud pública, el mandatario estatal puso a funcionar la maquinaria, siempre con un enfoque de beneficio social: carreteras, mercados, rastros, vialidades intermunicipales, obras que detonan el desarrollo de las regiones y generan fuentes de empleo. Digamos, que el golpe es de tres bandas. 

La inversión que se tiene programada para este año no es cosa menor: tres mil millones de pesos que se distribuirán en las 32 regiones del estado, según el nivel de prioridad en cada una de ellas, enfocada, primordialmente, en los rubros carretero, hídrico y educativo.  

La Zona Metropolitana de Puebla es el destino de la mayor cantidad de recursos, a causa de la concentración poblacional que representa, lo cual no obsta para que Xicotepec, Huauchinango, Zacatlán, Huehuetla, Zacapoaxtla, Tehuacán, San Martín Texmelucan y otras más no reciban atención para el desarrollo de proyectos.  

Es claro que cada administración marca su periodo de gobierno por el estilo que le imprime, así como por las prioridades de la agenda; la del gobernador quedará marcada por el profundo sentido social, con un énfasis por revertir el rezago y el olvido en que se encontraban algunas regiones, a causa de gestiones anteriores. 

 

La entrega de las obras en las regiones trae consigo otras implicaciones:   

1.- Le permite al jefe del Ejecutivo recorrer el interior del estado, donde recibe de primera mano información de los habitantes sobre las necesidades que persisten, un ejercicio realmente democrático que permite hacer los ajustes necesarios para el alcance de logros.  

2.- El nivel de inversión es también una muestra de la capacidad negociadora y de gestión que el mandatario ha tenido al momento de plantear a los legisladores los beneficios de desarrollar infraestructura a lo largo y ancho del territorio poblano.  

3.- Por qué no decirlo, deriva un beneficio con miras al 2024, ya que expone a la corriente política que representa como capaz de gobernar y con visión para atender las necesidades de desarrollo del estado.  

Sigamos por el camino del desarrollo para el estado, es lo mejor que puede ocurrir, sobre todo cuando una de las prioridades, ya no solo del estado, sino del país y del Orbe es que se concrete la tan anhelada recuperación económica. Que reviva Puebla.  

 

Les invito a que escuchen mi participación en MVS Radio los días miércoles y a que me sigan en Twitter, como @E_Echeguren. 

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