La Visión, la Misión y los Valores son elementos fundamentales en la Triada Organizacional, ya que guían el comportamiento y las decisiones de todos los niveles de la organización: Alta dirección, Mandos Medios y Niveles Operativos.
La Visión es la proyección a futuro de la organización, lo que aspira a ser.
La Alta Dirección es responsable de definir y comunicar esta visión, asegurándose de que todos los niveles de la organización la comprendan y se alineen con ella.
Los Mandos Medios, por otro lado, traducen esta visión en objetivos concretos y estrategias, mientras que los Niveles Operativos deben entender cómo su trabajo diario contribuye a alcanzar esa Visión.
La Misión es la razón de ser, el propósito de la organización, es decir, por qué existe y qué valor aporta a sus clientes y a la sociedad.
También la Alta Dirección establece la Misión, pero es crucial que los Mandos Medios y los Niveles Operativos la internalicen y la reflejen en sus actividades diarias. Esto asegura que todos los esfuerzos estén dirigidos hacia el mismo objetivo y que cada empleado y colaborador se sienta parte del propósito organizacional.
Los Valores, finalmente, son los principios y creencias que guían el comportamiento y la cultura organizacional.
La Alta Dirección debe modelar estos valores y fomentar un ambiente donde sean practicados.
Los Mandos Medios tienen la responsabilidad de reforzar estos valores en sus equipos, mientras que los Niveles Operativos deben vivirlos en su trabajo diario.
Los Valores ayudan a crear un sentido de pertenencia y cohesión dentro de la organización.
Así, la Alta Dirección establece la Visión, la Misión y los Valores, los Mandos Medios los implementan y los Niveles Operativos los viven.
Esta triada es esencial para asegurar que todos los miembros de la organización trabajen en armonía hacia objetivos comunes, creando un entorno de trabajo positivo y productivo.
LA VISIÓN desde la Alta Dirección se ejerce y diseña a través de un proceso estratégico que implica articularla clara y convincentemente, que refleje los valores y objetivos a largo plazo de la organización. Esta Visión debe ser inspiradora y motivadora para todos los miembros de la organización.
Para lo cual es determinante un análisis del entorno interno y externo para identificar oportunidades y amenazas. Esto incluye el estudio de tendencias de las necesidades del cliente o usuario de los servicios o productos, que ofrece la organización.
Por lo mismo, la participación de los grupos de interés o grupos involucrados como pueden ser los empleados, clientes o usuarios y la ciudadanía, en el proceso de diseño de la Visión, puede enriquecer la perspectiva y asegurar que la Visión sea relevante y compartida.
También es importante considerar la Comunicación Efectiva, porque una vez definida, la Visión debe ser comunicada de manera efectiva a toda la organización. Esto incluye la utilización de diferentes canales de comunicación y la repetición constante del mensaje para asegurar que todos lo comprendan y se alineen con él.
Respecto a la implementación y seguimiento de la Visión, la Alta Dirección debe establecer planes de acción concretos. Esto incluye la asignación de recursos, la definición de indicadores de éxito y la creación de un sistema de seguimiento para evaluar el progreso.
La Visión no es estática; debe ser revisada y adaptada según cambien las circunstancias del entorno y las necesidades de la organización. La Alta Dirección debe estar abierta a ajustarla cuando sea necesario.
Al seguir estos pasos, la Alta Dirección puede ejercer y diseñar una Visión que no solo guíe a la organización, sino que también fomente un sentido de propósito y cohesión entre todos los miembros del equipo.
LA MISIÓN desde la perspectiva de los Mandos Medios se ejerce a través de la implementación y supervisión de las estrategias y objetivos establecidos por la Alta Dirección. Los Mandos Medios actúan como un puente entre la dirección y el personal operativo, lo que les permite traducir las directrices estratégicas en acciones concretas.
Los Mandos Medios deben asegurar que la Misión y los objetivos de la organización sean claramente comunicados a sus equipos. Esto implica no solo transmitir información, sino también escuchar y recoger retroalimentación.
En este sentido, es fundamental que los Mandos Medios motiven a sus equipos, fomentando un ambiente de trabajo positivo y alineado con la Misión. Esto incluye reconocer logros y proporcionar apoyo en el desarrollo profesional.
También Los Mandos Medios son responsables de supervisar el desempeño de sus equipos, asegurándose de que las actividades diarias estén alineadas con la Misión. Esto implica establecer indicadores de rendimiento y realizar evaluaciones del desempeño periódicas.
En el día a día, los mandos medios deben ser capaces de adaptarse a cambios y resolver problemas que puedan surgir, siempre manteniendo el enfoque en la Misión y los objetivos.
Fomentar el crecimiento y desarrollo de los miembros del equipo es crucial. Los Mandos Medios deben identificar oportunidades de capacitación y desarrollo que alineen las habilidades del personal con las necesidades de la Misión.
Los Mandos Medios juegan un papel crucial en la ejecución de la Misión organizacional, actuando como líderes, comunicadores y facilitadores que aseguran que la Visión de la Alta Dirección se lleve a cabo de manera efectiva en el día a día.
LOS VALORES se ejercen en los niveles operativos a través de la implementación de prácticas y comportamientos que reflejan esos principios en el día a día de la organización.
Es fundamental que los Valores de la organización sean comunicados de manera efectiva a todos los empleados y colaboradores. Esto incluye capacitaciones, reuniones y materiales informativos que refuercen la importancia de estos Valores.
Los líderes y supervisores deben modelar los Valores en su comportamiento diario. Cuando los empleados ven a sus superiores actuar de acuerdo con los Valores, es más probable que ellos también lo hagan.
También es importante implementar sistemas de reconocimiento que premien a aquellos colaboradores que demuestran los Valores de la organización en su trabajo. Esto puede motivar a otros a seguir su ejemplo.
Los Valores deben estar integrados en los procesos operativos, como en la toma de decisiones, la atención al cliente y la gestión de equipos. Esto asegura que los Valores no sean solo palabras, sino que se reflejen en las acciones cotidianas.
Promoviendo el fomentar un ambiente donde los empleados puedan dar y recibir retroalimentación sobre cómo se están viviendo los valores en el trabajo, ayuda a identificar áreas de mejora y a reforzar comportamientos positivos.
Finalmente, ofrecer programas de capacitación que ayuden a los colaboradores a entender y aplicar los Valores en su trabajo. Esto puede incluir talleres, seminarios y actividades de formación de Equipos de Alto Rendimiento.
Al aplicar estos enfoques, los Valores se convierten en una parte integral de la Cultura Organizacional, lo que contribuye a un ambiente de trabajo más cohesivo y alineado con la Misión y la Visión de la entidad.
No es suficiente con ponerse la camiseta, también hay que sudarla y, si es necesario, traerla tatuada. Reflexione, lector, por qué se ganan elecciones.