En esta ocasión vamos a ver las distintas acepciones de la palabra Valor. También, como es costumbre, vamos a ubicar cada acepción en alguno de los niveles o tramos de control de la Triada Organizacional.
Empezamos con la Primera Acepción de la palabra valor: como sinónimo de Principios.
Un valor es un principio, una idea que nos guía en nuestro devenir a través de la vida. Desde que somos niños nuestros padres, o aquellas personas que están más cerca de nosotros, nos inyectan esos valores a través de la palabra, los hechos o las actitudes, lo que provoca una forma de pensar específica, consolidan nuestras creencias, ideologías, preferencias, etc.
El lema familiar refuerza los valores o principios mediante los cuales se guiará una persona para bien o para mal.
El lema familiar son esas palabras o frases que nuestros padres nos decían a mí y a mis hermanos cuando éramos niños, y que, de algún modo, marcaron mi comportamiento futuro y que, tal vez, yo se los transmita de la misma manera a mis propios hijos o descendencia.
Parafraseando a Unamuno les digo que: “Lo que la cuna no da, la universidad no lo presta”.
En la Triada Organizacional, la Alta Dirección define y transmite estos valores, los cuales forman parte fundamental de la Planeación Estratégica, junto con la Visión y la Misión.
De los primeros filósofos occidentales que definieron el concepto de valor fue Sócrates y, de entrada, dice que éstos nos permiten vivir una vida virtuosa.
Uno de los valores más importantes para Sócrates era la sabiduría. Esto es, que el conocimiento y la comprensión eran fundamentales para vivir una vida plena y significativa. Tomen nota políticos y servidores públicos.
La segunda acepción de la palabra valor es la del precio o aprecio que se les dan o tienen las personas y las cosas.
En términos de calidad, la frase es la siguiente: “Nadie puede dar lo que no tiene”.
Para Aristóteles la calidad es sinónimo de excelencia: Quien sintetizó magistralmente el pensamiento de Aristóteles respecto a la excelencia fue Will Durant: “Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto sino un hábito”.
Desde esta perspectiva, Cervantes añade: “Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro”.
En este sentido, el valor es una cualidad que confiere a las cosas comunes, hechos o personas una estimación, ya sea positiva o negativa.
Entonces, la existencia de un valor es el resultado de la interpretación que hace el sujeto de la utilidad, deseo, importancia o interés del objeto. Es decir, la valía del objeto es en cierta medida, atribuida por el sujeto, de acuerdo a sus propios criterios e interpretación, producto de un aprendizaje, de una experiencia, la existencia de un ideal, incluso de la noción de un orden natural que trasciende al sujeto en todo su ámbito.
En la Triada Organizacional esta acepción encaja en los Mandos Medios.
La Tercera Acepción de la palabra valor es la referente a Valentía, la cual implica una elección deliberada frente a circunstancias dolorosas o incómodas en aras de un objetivo digno.
El coraje, como sinónimo de valentía, es una cualidad humana, definida como la fuerza de voluntad que puede desarrollar una persona para superar ciertos impedimentos, sin miedo al fracaso, realizando gestos de valor, tanto por los demás como por uno mismo. También puede definir un estado de furia, ira, irritación o enojo.
El coraje físico es valentía ante al dolor físico, los sufrimientos, la posibilidad de recibir lesiones o incluso la muerte.
El coraje moral permite actuar correctamente aun ante la oposición popular y a pesar de recibir por ello descrédito, vergüenza, deshonor o represalias sociales.
El coraje psicológico o emocional permite afrontar acciones o conversaciones difíciles por la carga emocional de las mismas.
La virtud de la fortaleza también incluye los aspectos de perseverancia y paciencia.
Esta tercera acepción de Valentía se incrusta en los Niveles Operativos, la clase trabajadora.
La cual vende su fuerza de trabajo en aras de un salario fijo, que le da seguridad económica momentánea, impidiéndole, en la mayoría de los casos, aspirar a una mejor movilidad social.
Entendiendo a la movilidad social como el cambio en la condición socioeconómica de las personas.
Dicho cambio puede implicar mejoras o retrocesos en riqueza, educación, ocupación, ingresos, salud, entre otras dimensiones sociales y económicas.
La movilidad social refleja el nivel de igualdad de oportunidades entre la población: a mayor igualdad de oportunidades, mayor movilidad social.
La movilidad social analiza cuál es la probabilidad de alcanzar, durante la vida adulta, una posición socioeconómica distinta de la que tuvieron nuestros padres.
También analiza cómo cambia la trayectoria de las personas en ciertas etapas del ciclo de vida.
Por todo esto, las Políticas Públicas son un conjunto de decisiones interrelacionadas e interdependientes que forman un todo y que son adoptadas por un actor o grupos de actores políticos que involucran la definición de metas y medios para su logro en el marco de una situación particular.
También involucra alguna forma de acción gubernamental para lidiar con un problema sobre el cual una acción determinada ha sido demandada.
Recordando a Octavio Paz en su aniversario luctuoso: “Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo…del miedo al cambio”.