Según Eric Berne, la personalidad está formada por tres Estados del Yo.
Un Estado del Yo es la manera en la que manifestamos una parte de nuestra personalidad en un momento dado.
Hay tres formas diferentes para relacionarnos con el mundo.
Dependiendo de nuestra ubicación en la Triada Organizacional nos comportamos desde un Estado del Yo o de otro.
Los tres Estados del Yo son:
El Estado Padre, que por lo general se encuentra ubicado en la Alta Dirección.
El Estado Adulto, tiene su permanencia en los Mandos Medios.
El Estado Niño, cuya ubicación casi siempre está en el Nivel Operativo.
Eric Berne los englobó en tres grupos, ya que los comportamientos, pensamientos, sentimientos y emociones que se expresan en cada Estado del “Yo”, tienen ciertas características comunes.
En la Alta Dirección, el Estado Padre tiene como frase favorita:” Yo estoy bien, tú estás mal”. En este estado es muy común manifestar una posición presuntuosa al ver con altivez a los demás.
Las frases que más utilizan son: “Debes de”, “Deberías de”, “estás mal”, “Yo que tú haría esto”, etc.
Se sienten más, al grado de manifestar estados de fatuidad, sienten que los demás son incapaces, ignorantes e inferiores y se molestan cuando encuentran faltas o defectos en los otros.
Actúan con cautela, suspicacia, reserva, rencor; se sienten perseguidos y se traman venganzas.
Con esta posición arrogante, se sienten con derecho a despreciar a los demás.
Creen que el origen de los conflictos está fuera de ellos, que la culpa la tienen los demás, que la razón la tienen ellos.
Tienden a no sentirse derrotados, a ser dominantes.
Les falta autocrítica y generalmente no cambian de opinión.
Su comportamiento con los otros, en general, es negativo y cruel, utilizando el sarcasmo y la crítica.
Son protectores y paternales.
Cuando son cooperativos, probablemente es porque se sienten forzados o porque hay muy buenos incentivos.
Esta posición origina desprecio y rechazo de los demás. Frecuentemente terminan solos, cuando ya nadie los aguanta.
Cuando fueron niños escucharon muchas críticas, descalificaciones y amenazas.
Una característica de su pensamiento es el modo dogmático. Se basa en una seguridad y autoridad indiscutible, que mantiene un comportamiento arbitrario, orgulloso e inflexible ante la crítica.
Por otro lado, el Estado Adulto, característico de los Mandos Medios, responde a la frase: “Yo estoy bien, tú estás bien”, cuya característica principal es su capacidad de adaptación al entorno.
Son resilientes, personas que a pesar de sufrir situaciones estresantes no son afectadas psicológicamente por ellas.
Las personas con un Estado del Yo Adulto, por lo general, hacen preguntas para obtener información y estar actualizadas y conocer la realidad en forma más objetiva, utilizando todos los recursos adquiridos por la experiencia y el conocimiento integrado holísticamente.
Toman en cuenta las circunstancias de la situación, las necesidades y sentires propios y ajenos, así como la propia ética.
Las expresiones desde este Estado del Yo, son descriptivas y tienen como objetivo dar y obtener información.
Este nivel de equilibrio se adquiere cuando se descubre que los sentimientos y las emociones no son ni malas ni buenas, todo depende del uso que se les dé, del contexto en el que están y de la intensidad con la que procesan esa emoción.
Este Estado del Yo Adulto es primo hermano de la Persona Asertiva y se supone que los Mandos Medios son los más centrados en las decisiones que hay que tomar, aunque la Alta Dirección esté en desacuerdo.
El Estado del Yo Niño responde a la frase: “Yo estoy mal, tú estás bien”. Tienen el sentimiento de estar mal porque este grupo reacciona basado en emociones, sentimientos o fantasías de cuando eran pequeños.
Al carecer de vocabulario amplio, los niños muchas veces se dejan llevar por las emociones desmesuradas de ira, de tristeza, de miedo, o de alegría, entre otras, sin poderlas explicar claramente.
El Estado del Yo Niño es el estado más básico, se caracteriza por las fantasías, lo irracional y los impulsos primarios que echaron raíces en la personalidad desde la más tierna infancia.
Predomina lo emocional, lo impulsivo y espontáneo por encima de lo racional.
En la parte más positiva de este estado están las ganas de agradar, de evitar enfrentamientos, de evitar los conflictos, de hacer las cosas bien… en su parte más negativa está la falta de asertividad, no saber decir “no” a lo que no les conviene, se dejan pisotear, y ponen al otro por delante.
Corporalmente, se muestran con la cabeza baja, expresión de seriedad o tristeza, con actitudes de resignación.
Los políticos no me dejarán mentir pues también han observado estas características en su gente y en ellos mismos.