El caso de Puebla para Morena todo indica que está perdido.
Ya no importa si es “x” o “y”; si va hombre o mujer.
Si son expriistas de nuevo ingreso o morenos de viejo cuño, los llamados fundadores, para el tema de la capital poblana, se ve difícil (no imposible) que los guindas remonten, ganen, arrasen.
Por más llamados a la unidad, por más que gritan como niños que anuncian el premio mayor de la lotería que todos se quieren y están unidos, nada más no se ve por dónde.
Recordemos aquel principio de Derecho: aclaración no pedida, confesión manifiesta.
Y desde finales del año pasado se la pasan con el desayuno de la unidad, que la foto de la unidad, que la unidad no sé qué, que la unidad es lo que garantiza, que “estamos más unidos que nunca” y la verdad, la verdad es que no están unidos, porque como bien dice un gran amigo: “todos somos cuates hasta que nos gusta la misma chamacona”.
Nadie les preguntó (ni un reportero a modo):
—¿Oigan y ustedes llegarán unidos pase lo que pase?
Y los de Morena antes que se les acusara de estar desunidos se la pasan subiendo fotos: “acudimos al llamado de la unidad que nos hizo el partido”.
¡Bah! ¡Pamplinas!
Seamos honestos, los morenistas no se tragan y no se tragan porque no están dispuestos a ceder espacios, porque, o ya les han quedado mal en la repartición de regidurías o diputaciones, o porque algunos son muy soberbios o porque no han sabido cómo convencer de las bondades y los beneficios de PRI-vatizar a Morena.
Tan no han podido ponerse de acuerdo que todos los días, por aquí se sientan con la dirigencia estatal y se toman su foto para redes sociales y primeras planas de los diarios, y por aquí ya unos están subiendo sus fotos con alguna memelera o un albañil como si fuera un español evangelizando indígenas o sale la rueda de prensa descalificando a los que quieren ingresar por la puerta grande.
¿En verdad creen que uno se la compra tan fácil?
La mera verdad es que no.
Sabemos que no se tragan y vemos cómo dan el show mediático todos los días y cómo juegan fuercitas los expriistas y los morenistas llamados puros. Y por más que suban sus hashtags son los propios de Morena que han tensado la cuerda a un punto que no se romperá, pero que seguramente, provocará huelga de brazos caídos el próximo mes de junio.
Y la ciudad de Puebla acarrea a los conurbados y al menos esta zona representa el 45 por ciento de la votación que no ha votado por Morena desde el 2019, cuando ganó Miguel Barbosa, la segunda vez que compitió por la gubernatura.
¿Cómo van a convencer a los indecisos si ni entre los del partido guinda se pueden poner de acuerdo? La verdad es que la clase media será la que defina la elección para la Angelópolis así como todas las zonas urbanas del país.
En fin, está difícil, pero no imposible, es tan difícil ya entender al electorado porque ya hemos visto (Estado de México, por ejemplo) que no hay esas enormes diferencias de 20 o 30 puntos como aseguran algunas encuestadoras.
Morena por la capital no la tiene sencilla y menos con sus dramas interno que parece pleito de pandillas.
Y ojo, antes de que mis malquerientes (que sí los hay) vayan de acusones por cómo escribo, porque a nivel estatal, quien lleva la delantera hoy por hoy es Alejandro Armenta Mier.
“¡Pos’ estos!”
