Era domingo por la mañana, el licenciado Fojaco estaba hinchado de la cara. No podía sonreír, parecía que hubiera llorado un largo, largo rato. Lo que ocurrió el sábado por la noche le había provocado hasta dolor de cabeza y que se le inflamara el píloro. No era para menos, había pactado con el licenciado Pipitilla y con el licenciado Malagón que él sería incluido en la lista de los cuatro aspirantes por el Partido de Licenciados Institucionales, el nuevo PLI.
Y no fue así: él, para sus adentros (ahí por la zona del cuajo), se decía así mismo, “me traicionaron”.
Por eso, el domingo por la mañana parecía a Lyn May sin maquillar (por sus ojos chiquitos y la bemba abultada).
La prensa se le acercó:
—Licenciado Fojaco, ¿ora qué va usté a hacer que me lo dejaron fuera? —inquirió la reportera de forma compasiva.
—¿Qué pasó? A mi no me deja fuera ni mi mujer, cuando llego borracho.
—Pero no apareció usté en las listas, licenciado —insistió ella.
—Pero el licenciado Menchaca ya me habló, ya me dijo que no me apure.
—Se me hace que nos está usté cotorreando —preguntó otro reportero.
Fojaco sacó su teléfono celular y mostró la pantalla. En la imagen apareció la botarga del licenciado Pipitilla, la misma que ha usado en su campaña.
—Iren (miren), iren, cómo ya me marcó (soltó una carcajada como si fuera Manolo Muñoz cantando Llamarada). Si ya me dijo que no deje de ponerme nervioso y que no deje de preocuparme.
—¿Qué pasó, licenciado?
—Paciencia, prudencia, verbal contingencia, dominio de ciencia, presencia o ausencia, según conveniencia.
—¿Y eso qué significa?, licenciado.
— Pues que… paciencia, prudencia, verbal contingencia, dominio de ciencia, presencia o ausencia, según conveniencia.
—…
— Paciencia, prudencia, verbal contingencia, dominio de ciencia, presencia o ausencia, según conveniencia.
Los reporteros se quedaron absortos ante la repuesta de Fojaco después del Consejo estatal del PLI.
— Paciencia, prudencia, verbal contingencia, dominio de ciencia, presencia o ausencia, según conveniencia. —se fue Fojaco, cantando, casi bailando, esa tonadita.
El lunes por la mañana, la licenciada Madariaga escribió una columna muy conmovedora respecto a lo ocurrido con Fojaco, su verdadero candidato, sólo que debe guardar las formas por el tema de la duplicidad de funciones, pero dada la importancia retomamos una parte aquí porque, además, revela el ánimo en el cuartel de Fojaco:
“El licenciado está herido, quién lo desheredirá, quien lo desheredirere, buen deheredirador será.
“Al licenciado Fojaco, le dieron su caldo de perico y por eso no pasó en la lista… me lo traicionaron, no le cumplieron el pacto del TUCOB (Todos Unidos contra el licenciado Bigotes). Miren que hacerle la maldad a su activo más importante, quien hoy tiene el mejor posicionamiento y nivel de conocimiento (…) el licenciado fue ninguneado por los consejeros estatales y sacado de la terna final. Aunque esta es la única terna de cuatro, por cierto, faltaba más (sic).
“Y aunque me digan que el Consejo Nacional lo puede rescatar y meter de nuevo a la pelea, el daño está hecho. El sentimiento de derrota se siente al interior del búnker fojaquista, es una herida grave que solo puede curarse con el poder y su pomada de la campaña”.
Hasta aquí la reveladora y necesaria cita de la licenciada Madariaga.
