El diputado Fernando Sánchez Sasia debería cambiarse de partido político.
Se le ve bien en el PAN.
Combina con el blanquiazul.
Es decir, si camina como panista, come como panista, duerme como panista, se persigna como panista es un pato.
¿O cómo era?
Con Morena de plano no armoniza.
Vean ustedes, en días pasados, el legislador del Movimiento de Regeneración Nacional presentó una iniciativa para que los manifestantes que cierren las calles o vialidades sean encarcelados.
¡Faltaba más!
Una iniciativa de Ley para que llegue la fuerza pública y a macanazos controlen a esa “bola de rijosos” que afean con sus gritos y sus consignas la Honorable y muy santa Puebla de los Ángeles.
¡Faltaba menos!
Lo que no sabe o no se acuerda o no le dijeron o de plano vive en el multiverso, es que en el 2006 un señor (algunos le dicen licenciado) de apellido López Obrador tomó la Avenida Reforma porque no quiso reconocer el triunfo de otro señor de apellido Calderón Hinojosa.
Hubo casas de campaña, manifestaciones, consignas contra un fraude electoral y, durante varios meses, una de las principales calles de la Ciudad de México quedó clausurada porque los seguidores del licenciado López Obrador no quisieron reconocer el triunfo de un presidente al que calificó como “espurio”.
Ahí se quedaron en protesta contra el IFE, el gobierno de Vicente Fox, la mafia del poder y los primeros arreglos que existieron entre el PRI y el PAN que culminaron hasta la reciente elección del 2 de junio pasado.
Parte de la creación de Morena viene de muchos movimientos sociales, grupos como El Barzón, uniones de campesinos, sindicatos que no estaban con la CTM fueron parte del movimiento que se dedicó a tomar calles, carreteras, avenidas, bulevares y protestar.
Sólo que el diputado llegó tarde (era un perfecto desconocido) y nunca hizo carrera política hasta que don Miguel Barbosa le dio chance, pues se unió a un partido que nomás no le queda.
Además, el viernes de la semana pasada se abstuvo de votar por la despenalización del aborto.
De plano, fue el único que en comisiones hizo el famosísimo “mimiquis” y se abstuvo de una iniciativa de Ley que es uno de los estandartes de la 4T: que las mujeres decidan si quieren o no tener hijos y que si deciden interrumpir sus embarazos antes de las 12 semanas no serán penalizadas.
El lunes pasado de plano ni se presentó a la sesión.
Quizá le dieron miedo las palabras en el comunicado del arzobispo Víctor Sánchez Espinosa y no quiso pasar a la historia como “asesino”, o le dio pena llorar en público con los sonidos de los latidos de bebés que presentó Miguel Espinosa de los Monteros en tribuna.
Sánchez Sasia debería ser llamado para abonar las filas de un panismo alicaído.
Allá luciría no sólo bien, sino muy bien.
Graznaría como pato.
No es el único morenista conservador.
Algunos habitan en las filas del PT o del Partido Verde.
Son morenistas que guardan la compostura cuando les conviene, pero muy en el fondo graznan como de derecha. No se les critican sus creencias religiosas, porque la libertad de credo es un derecho humano, se les señala porque es una especie de doble moral, mientras no les bajaban la orden de votar por el aborto, no tocaban el tema cuando ya no les quedó de otra a tragar sapos y a empinarse.
En fin, diputados.