🧛 FUE UN ACTO BOCHORNOSO: A sus 88 años de edad, Bernardo Bátiz enfrentó los gritos de “¡hipócrita!”, “¡vendido!”, “¡lárgate!” que le escupieron decenas de jueces y magistrados reunidos en una ceremonia de reconocimiento a la Trayectoria Judicial del Consejo de la Judicatura Federal. Desde su lugar en la mesa, Norma Piña, ministra presidenta de lo que aún queda de la Suprema Corte, sonreía ligeramente, disfrutando el repudio público de sus casi pares.
🧌 “¡PIDO RESPETO para mí! ¡Me invitaron aquí, y aquí estoy y doy la cara! ¡Creo que el Poder Judicial necesitaba una reforma!”, gritó, alterado, quien a partir del 1 de septiembre seguramente encabezará el Tribunal de Disciplina Judicial que pondrá a temblar a jueces y magistrados como los que este martes lo repudiaron brutalmente. “¡No me hubieran invitado, tápense los oídos como lo hicieron tantas veces!”, escupió Bátiz, sin que Norma Piña ni los ministros Laynez y Pardo Rebolledo intervinieran para llamar a la calma.
🧙🏼 LA SESIÓN SE HABÍA IDO por un caño, pero los insultos seguían cayendo. “¡No me pueden decir hipócrita!”, se defendió Bátiz. “¡Fuera, fuera!”, le respondieron. “¡No me voy a ir! ¡Ustedes me invitaron!”. “¡Lárgate! ¡Nosotros no te invitamos!”. Y vino el show cómico musical: “¡Convertiste la Corte en la Suprema Corte del Acordeón!”. “¡Había que usarlos!”, reviró, casi al borde del infarto.
🦹 FUE PENOSO, TERRIBLE, humillante. Y para cerrar el ostión —baboso, mal oliente, con signos de descomposición—, a la hora de recibir los reconocimientos del presidium, los jueces y magistrados lo dejaron con la mano extendida. Nadie aceptó su felicitación. Sobra decirlo: Bátiz tomó nota de quienes lo humillaron. A todos los conoce. Ya vendrá la hora de la venganza, cuando el 1 de septiembre arribe al temible Tribunal de Disciplina Judicial. Desde ahí, júrelo el lector, mandará al demonio a sus verdugos con una sed hecha de bilis, cuajo y nenepil. ¡Ah, perros! ¡Abróchense los cinturones!
