👛 LAS DIPUTADAS ROSARIO OROZCO y Claudia Rivera no se dirigen la palabra. Es decir: no se hablan. Y eso que ambas comparten la zona que los diputados federales poblanos ocupan en San Lázaro. Se ha dado el caso de que, inevitablemente, se han encontrado frente a frente, pero al toparse —ojo con ojo, cara con cara— ninguna de las dos saluda a la otra. Simple y sencillamente se ignoran.
👠 EN UNA REUNIÓN DE DIPUTADOS federales poblanos con Ricardo Monreal, líder de la bancada de Morena en la Cámara Baja, la diputada Rivera tomó la palabra y se fue con todo en contra del desaparecido gobernador de Puebla, don Miguel Barbosa, esposo de doña Rosario. Durante varios minutos arremetió en su contra ante la mirada expectante del diputado Monreal. ¿Qué sucedió después?
👡 DOÑA ROSARIO pidió la palabra y le respondió puntualmente a la también expresidenta municipal de Puebla. No quedó una aseveración sin responder. Sobra decir que la expectación era del tamaño de un elefante en la sala. Todo esto tiene que ver porque este lunes se realizó el informe colectivo de la diputación federal poblana en el auditorio del Complejo Cultural Universitario de la BUAP. ¿Y quién cree el lector que fue la oradora en nombre de la bancada?
👢 EN EFECTO: DOÑA ROSARIO OROZCO hizo el discurso oficial ante el gobernador Alejandro Armenta y el diputado Monreal. (Vino también el desacreditado Gutierritos —Sergio Gutiérrez—, pero no es tema de esta columna). Ya se imaginará el lector que la decisión no cayó nada bien en la habitante de una curul de San Lázaro. Pero el mundo es un lugar malvado donde suceden cosas que no podemos controlar.
🧣 POR CIERTO: LA DIPUTADA OROZCO fue muy enfática en el célebre tema del nepotismo y la no reelección, al que son tan afectos algunos personajes de la fauna legislativa del PT y el Verde. En su doble discurso, ante el gobernador Armenta y la presidenta Sheinbaum juran lealtad absoluta, pero en lo oscurito andan promoviendo a los hijos de las mamás (o a las mamás de las hijas) para que sean alcaldes, regidores o diputados. (Bajo una Cuota Módica del Bienestar) ¿Y qué decir de la no reelección? Se la pasan por el Arco del Triunfo, que es más grande que el original que está en París, y que mide 50 metros de altura, 45 de ancho y 22 de profundidad. ¡Hélas, la merde! (“¡Ay, qué mierda!”, en español).
