🥜 ESCENA PRIMERA: Una Suburban prieta del año —más blindada que Lucía Méndez— bloquea el paso de otros vehículos afuera del Grand Fiesta Americana de Puebla.
LA GENTE COMENTA que el dueño es un Caca Grande: de ésos que usan mocasines sin calcetines.
LOS MINUTOS TRANSCURREN y no hay rastros del dueño de la Prieta. El chofer le marca, pero el Picudo no responde. El enojo va creciendo. Diez minutos después, ya con una larga fila de autos detrás de la Suburban, aparece el gandul: es el papá del Checo Pérez.
🦶 ESCENA SEGUNDA: En un acto de turismo en la CDMX, presentan a Antonio Pérez Garibay —el papá del Checo— como Mister Acapulco. ¿De dónde salió ese mote para este personaje?, parecen preguntarse los señores del presidium.
EL VERDADERO MISTER ACAPULCO fue un músico suizo que entregó su vida por ese puerto: Teddy Stauffer. Después de él, muchos han querido quedarse con el título infructuosamente. ¿Qué les falta? Talento, pasión y trabajo.
ESTE FALSO MISTER ACAPULCO sólo tiene una virtud: ser el papá del Checo Pérez, quien tiene cara de estar harto del lucro que hace de su imagen.
GRACIAS A ESE LUCRO, el de los mocasines prietos sin calcetines ha hecho jugosos negocios, fue diputado federal (por Morena) y estuvo a punto de ser candidato a gobernador de Jalisco (también por Morena).