🪿 LOS NOROÑAS ESTÁN MOVIÉNDOSE para impulsar en su estilo ratonero a algunos candidatos a jueces, magistrados y ministros. Como buenos policías chinos —misteriosos y pendejos—, se reúnen en privado con los Adanes para ver por dónde va la línea. Luego salen, muy ufanos, a darles alas a quienes los Adanes promueven al margen de Palacio Nacional.
🧛 LOS ADANES Y LOS NOROÑAS son como esos maravillosos personajes creados por Julio Cortázar: los Famas y las Esperanzas. Los Adanes son como los primeros: ambiciosos, egocéntricos, misóginos. Los Noroñas son como las Esperanzas: se mueven en función de lo que digan los Famas. O sea: los Adanes. Quieren ser Cronopios —seres buenos y despojados de rencores—, pero su foi gras —hígado graso— no los deja.
🤧 UN ADÁN ES MUY RICO y tiene sirviente. (Un Noroña). Este Adán usa un pañuelo y lo tira al cesto de los papeles. Usa otro, y lo tira al cesto. Va tirando al cesto todos los pañuelos usados. Cuando se le acaban, compra otra caja. El sirviente (un Noroña) recoge los pañuelos y los guarda para él. Como está muy sorprendido por la conducta del Adán, un día no puede contenerse y le pregunta si verdaderamente los pañuelos son para tirar. —Gran idiota —dice el Adán—, no había que preguntar. Desde ahora lavarás mis pañuelos y yo ahorraré dinero.*
🪿🪿🪿 LOS ADANES SIEMPRE TIENEN PRISA. Y siempre, también, quieren llevarle la contra a la Presidenta—que es buena como un Cronopio—. Los Noroñas simulan estar bien con los dos, pero en realidad no están bien ni con ellos mismos. Son como los gansos: a cada paso, la cagan. Y pisan su propia caca. Van a casa a limpiarse, pero van dejando caca por la estancia, el comedor, el cuarto de televisión y la recámara. Cuando quieren limpiarse, ya no hay caca en sus zapatos, y tienen que limpiar toda la casa.
🐖 UN NOROÑA DA UNA RUEDA DE PRENSA. Y se enoja cuando los Cronopios le preguntan. Ah, pero cuando un Adán le grita y lo insulta, el Noroña se vuelve como un perrito adicto a las faldas: un perrito faldero. A los Adanes les perdona todo, pero a los Cronopios los odia con todo su foi gras (hígado graso). *Cortesía de Julio Cortázar.