🐀 MIENTRAS EL PAÍS ARDE por el narco campamento hallado en Teuchitlán, Jalisco, el exgobernador Enrique Alfaro anda muy feliz y quitado de la pena —como siempre— en los Países Bajos, donde estudia para ser director técnico de futbol.
SUS ESTUDIOS LOS REALIZA en el centro de entrenamiento del equipo Feyenoord, a cuyos administradores les hizo un pago brutal para que le abrieran sus puertas.
🐷 CON MUCHOS KILOS DE MÁS, producto de la buena vida que se dio como gobernador, Alfaro sueña en dirigir a las Chivas de Guadalajara, equipo por el que han pasado otros personajes de novela negra como él.
“ASPIRO ALGÚN DÍA A ESTAR en una cancha. Es mi otra pasión después de la política. ¿Planes políticos de corto plazo? Cero. Ya veremos más adelante”, dijo el aspirante a ser el nuevo Nacho Trelles.
“LA VIDA TE LLEVA LUEGO POR CAMINOS que no te imaginas”, asentó. Y es cierto. Y es que sus sueños acaban de ser trastocados debido al escandaloso caso Teuchitlán, donde su fiscal —el compañero de parrandas— no sólo ocultó y manoseó la escena del crimen, como dio a entender Gertz Manero, sino que realizó dictámenes truncos y fallidos que enrarecen la investigación.