👨 UNO DE LOS PERSONAJES más sobrevaluados de la política mexicana es Luis Donaldo Colosio. ¿Su virtud? Haber sido asesinado en la antesala de una elección muy complicada para él y su partido.
🔫 ANTES DE QUE CARLOS SALINAS lo destapara como candidato del PRI a Palacio Nacional, Colosio era un personaje más bien gris. Una vez que vino la nominación, perseveró en la grisura, aunque su escolta militar le dio un aura de miedo y respeto. El célebre discurso del 6 de marzo de 1994, tan sobrevaluado como él, mostró a un hombre inseguro. Y en tales condiciones llegó a la cita con el revólver Taurus calibre . 38de Mario Aburto, en Lomas Taurinas, Tijuana.
🚕 COLOSIO USABA EL CABELLO chino y largo antes del destape. Una vez que sobrevino éste, el peluquero se lo cortó en el mejor estilo “candidato oficial”. Él lo confesó varias veces: se sentía mejor con el corte anterior. Con la melena, dicen los clasistas, parecía chofer de taxi. Y cosa curiosa: así se comportaba: seducía camareras —igual que John F. Kennedy—, fumaba Baronet, bebía Viejo Vergel y tarareaba el cada vez más infumable Huapango, de Moncayo.
🫵 LA SOMBRA DE MANUEL CAMACHO le pesó hasta antes de morirse. No era para menos. Camacho era un tipo brillante, irónico, educado: dueño de todas sus armas. Cuando aparecían juntos, él se llevaba los reflectores y las sonrisas. Ya como candidato, Colosio sentía su peso —como Kennedy el inevitable dolor de espalda. Cuentan que unos días antes de ser asesinado, el candidato se reunió con Camacho y que éste le prometió hacerse a un lado. Eso lo puso feliz. Demasiado tarde. Un paria lo esperaba, armado, en Tijuana.
🦶 HACE TREINTAÚN AÑOS MATARON A COLOSIO. ¿Cómo hubiera sido el país teniéndolo a él como presidente? Sin pena ni gloria. Lo único que hubiera cambiado sería su modito de andar. El presidente Salinas lo hubiese manejado, a su manera. Sin aspavientos, pero con firmeza. Hoy, Colosio andaría como el papá del Checo Pérez: con novia nueva —en el estilo Lucía Méndez— y con mocasines prietos cargando dos pies sin calcetines.
