🫵 ERA EL MÉXICO DE LA MATRACA y el confeti. El México de Raúl Velasco, la India María y el profesor Zovek. El México de Uri Geller: un mentalista que doblaba cucharas y, con el tiempo, a la esposa de un presidente de la república. En 1976, José López Portillo fue declarado candidato del PRI a Los Pinos. El PPS y el PARM, grandes paleros del partido en el poder, también lo nominaron. El PAN, como ocurrió con la elección judicial, se abstuvo de participar y dejó la cancha libre. El Partido Comunista Mexicano nominó candidato a Valentín Campa, pero dicho partido carecía de registro. En consecuencia: el licenciado fue el único candidato que apareció en las boletas electorales en ese mundo de ‘licenciados’.
👹👺🤡 LA BOLETA ERA SURREALISTA. El rostro de López Portillo aparecía tres veces: uno con el logo del PRI, otro con el logo del PPS, y uno más con el logo del PARM. Un solo voto lo hubiese hecho presidente, pero no: por él votaron 16 millones 462 mil 930 ciudadanos empadronados de un total de 17 millones 606 mil 872. Es decir: el 93.54 por ciento del padrón. Cantinflas tuvo 225 votos, y el poeta Octavio Paz, un sufragio. El mío.
🤖 MUCHOS HAN COMPARADO la elección judicial con la de López Portillo. Noroña, ese gran intelectual, es uno de ellos. Cosa curiosa: lo que antes vomitaba, hoy se lo traga. Un solo voto, dijo el varón que tiene corazón de lis (alma de querube, lengua celestial), hubiese bastado para que López Portillo ganara las elecciones. Según este filósofo de la isla de Barataria, un solo voto habría legitimado la elección judicial. En otras palabras: no importa la cantidad, sino la densidad.
💀💀 POR CIERTO: López Portillo dejó atrás en la carrera presidencial a Porfirio Muñoz Ledo y a Mario Moya Palencia. El presidente Luis Echeverría engañó como a un niño de teta a Moya, quien, apoyado por Manuel Bartlett, inició una campaña subterránea que pronto se volvió terrenal. (Como cierto minigobernador que tuvimos en Puebla). El golpe de realidad mandó al entonces secretario de Gobernación al exilio, en tanto que Bartlett, para sobrevivir, hizo un discreto mutis. La nómina es la nómina. Muñoz Ledo, por su parte, entendió mal las señales enviadas por el presidente y también se fue de trompa, de nana, de buche y de nenepil. Se vale sobar, dijo el profesor Zovek.