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martes, agosto 26, 2025

El hombre más poderoso de este país no es de Morena

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🦇 EL HOMBRE AL QUE MÁS CONFIANZA le tiene la Presidenta Sheinbaum no leyó a Marx ni a Engels, ni a Rius. Tampoco lee a Epigmenio Ibarra ni a Pedro Miguel (esos filósofos de la Nada). No entiende los discursos entreverados del Fisgón. No tuvo jamás la cercanía con López Obrador. No marchó en defensa del pueblo (esa metáfora de lo Inmediato). No es, pues, admirador de Noroña (ese filósofo del Más Allá).

 

🦜 AL CONTRARIO: CUANDO LE GANÓ la encuesta a Clara Brugada (¡por veinte puntos!), los duros de Morena —entre los que se encuentran los aquí citados— se le fueron encima. Hablaron mal de él, dijeron que era gente de García Luna, intrigaron en su contra. A los oídos del Presidente López Obrador llegaron los Cotorritos del Bienestar para alertarlo. “Es un policía ligado a la Mafia del Poder, licenciado”, chillaron los Periquillos Sarnientos.

 

🦜🦜 Y AMLO LES CREYÓ. Y mandó tirarlo. Y, en efecto, Omar García Harfuch fue defenestrado en pleno zócalo de la ciudad. Nadie daba un peso por él. Los Cotorritos del Bienestar celebraron su triunfo y cantaron La Internacional con lágrimas en los ojos. (Todo sea por el proletariado que ni siquiera ve El Chamuco).

 

🦜🦜🦜 PERO LA PRESIDENTA SHEINBAUM tenía otros planes. Y el defenestrado se levantó de la plancha del zócalo para rendir protesta como secretario de Seguridad. (Los Cotorritos soltaron sus chirridos de protesta, pero fue inútil). Al paso de los meses, los duros entendieron que Harfuch es el hombre más poderoso de México después de la Presidenta. Y es que, al decir del talentoso reportero Pablo Ferri (de EL PAÍS), tiene influencia en Hacienda (a través de la Unidad de Inteligencia Financiera), la Fiscalía, los órganos de inteligencia, los equipos de análisis táctico e investigación, las posiciones de mando en regiones complicadas… ¡Ufff! Su influencia en el aparato gubernamental crece mes a mes, ante el beneplácito absoluto de Claudia Sheinbaum.

 

🦇 CON AMLO, EL PODER BRUTAL estuvo en manos del secretario de la Defensa Nacional. Hoy, ese poder ha tenido una mudanza. Los titulares de la SEDENA, de la Marina y de la Guardia Nacional se quejaron con los Cotorritos del Bienestar. De nada sirvieron los graznidos. La presidenta terminó por someterlos. Y aunque lo detesten, no tienen más que obedecer a García Harfuch. Cosa curiosa: el destino de la 4T (lo que incluye a los Cotorritos y a los Periquillos Sarnientos) está hoy —en parte— en sus manos. Si lo hace bien (y eso pasa por la aduana de Donald Trump), el movimiento no tendrá sobresaltos. Si lo hace mal, se avecina un desplumadero. ¿Cómo era eso que coreaban en el zócalo? “Por el bien de todos, primero García Harfuch”.

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