🐢LAS DUDAS MATAN: ¿Se puede transitar del priismo más rancio al panismo más rancio y, tras una voltereta, caer parado en la Cuarta Transformación? Éste es el caso de un personaje que lo logró. Acompáñenme a ver esta triste historia.
🦖 PABLO IGLESIAS entrevistó de manera muy comedida (arrastrada) a Alfonso Durazo, gobernador de Sonora, a quien, sin duda, le precede su reputación. Fue muy amigo del priista Luis Donaldo Colosio. Tanto así que fue su secretario particular. (Era el hombre que estaba con él en las parrandas y en las “cacerías” en bares y restaurantes. (Las clandestinas).
🦎 CUANDO MATARON a Colosio, Durazo hizo nuevos amigos. Uno de ellos: el panista Vicente Fox, de quien fue —otra vez— secretario particular una vez que ambos (con la inefable Martita Sahagún) llegaron a Los Pinos. Fue confidente de Fox —cómplice, en consecuencia— hasta que a Martita y a sus hijos (unos verdaderos hijitos de la…) le estorbaron en sus planes.
🐍 YA DESEMPLEADO, Durazo se acercó a López Obrador, cuya confianza se fue ganando paso a paso. Para ello aplicó la misma estrategia con la que sedujo a Colosio y a Fox. ¿Cuál es ésta? A todo le decía que sí y de todos sus chistes se reía. Una más: con voz susurrante le hacía creer que era brillante, inteligente, casi un genio.
🐙 EL “SÍ, SEÑOR” SE VOLVIÓ una cantaleta cotidiana. “Sí, señor”, para acá. “Sí, señor”, para allá. (Es la Técnica Durazo del Poder, o de la Lambisconería). Al poco tiempo ya lo tenía comiendo de su mano. Colosio y Fox habían comido antes de la misma mano. (Asquito).
🐸 🐸🐸 DURAZO ES, HOY POR HOY, gobernador de Sonora al tiempo que es presidente del Consejo Político Nacional de Morena. Cómo olvidar la tarde en que lo regañó —delante de Noroña y Monreal— la mismísima doctora Claudia Sheinbaum. Eso ocurrió en la víspera de la definición de la candidatura presidencial de ese partido. Con cara apesadumbrada —de sumisión absoluta—, Durazo escuchó el reclamo airado de quien fue recipendiaria de los gritos y abucheos de los enviados de Marcelo Ebrard. Hábil como es, nuestro personaje agachó la cabeza, sudó frío, tragó sapos, y prometió que no se volvería a repetir esa asonada. Tantos sapos tragó, que se le curtió la tripa y hasta el modito de andar. ¡Personajazo!