💀 EN LOS TIEMPOS DEL COVID, cuando el mundo se encerraba y el gel antibacterial se cotizaba más que el oro, Hugo López-Gatell se convirtió en el Rigo Tovar de Las Mañaneras. Desde Palacio Nacional, con su voz sobreactuada explicaba la curva, la meseta y la inmunidad de rebaño. Y con un aire de suficiencia —que lo mató políticamente— decretó que las mascarillas eran más un adorno que una necesidad. “No hay evidencia sólida”, decía.
☠️ CÓMO OLVIDAR QUE este personaje se aventuró a decir que el presidente López Obrador no necesitaba utilizar cubrebocas, una vez que su fuerza era moral y no de contagio. Ufff. La irresponsabilidad de sus dichos, generaron que la pandemia se extendiera brutalmente. ¿Cuánta gente murió en esa trama? Según López Gatell, 333 mil personas. Según la vida real: cerca de 3 millones.
🧟 “YA SE APLANÓ LA CURVA”, prometía quien fue llamado el Doctor Muerte, pero en los hospitales las camas escaseaban junto con los tanques de oxígeno. Y ahí seguía el doctor, con sus gráficas hechizas, como si la realidad fuese un alumno necio que no entendía la lección.
🍻 EN EL INVIERNO DE 2020, mientras la norma era no salir de casa, López Gatell fue captado, junto con su novia, en la playa undista de Zipolite, Oaxaca: sin cubrebocas y con cervezas en la mesa. “Es que también soy humano”, balbuceó en su defensa. Para entonces, todos pedían su cabeza. Empezando por Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
⚰️ LOS DESENCUENTROS ENTRE la doctora Sheinbaum y López Gatell se dieron desde el primer día. Y es que la hoy presidenta de México nunca estuvo de acuerdo con sus irresponsables protocolos. Llegó el momento en que las puertas del antiguo ayuntamiento —sede de las oficinas del Gobierno de la Ciudad— se cerraron en la nariz del Doctor Muerte.
🧳 HACE UNAS HORAS se confirmó que López Gatell será él representante de México ante la Organización Mundial de la Salud, con sede en Ginebra, Suiza. El Sector Médico, faltaba más, se inconformó. Las críticas llueven en las redes sociales. El terrible Doctor Muerte ya prepara las maletas con su cinismo a cuestas. Es hora de recordar una de sus frases célebres: “Esdeke también soy humano”. Ufff. ¡Chillen, perros!