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miércoles, julio 30, 2025

El alcalde de Cuyoaco se volvió meme

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🏇 IVÁN CAMACHO ROMERO se volvió conocido no porque en su calidad de alcalde de Cuyoaco haya realizado alguna obra importante. El pueblo que malgobierna apenas alcanza los 15 mil habitantes, pero el priísta (atención: no es descalificación, es definición) anda en “otros niveles”, como suele eructar cuando el alcohol ha fermentado su cuajo.

 

🦬 CON ÍNFULAS DE ALCALDE DE PALERMO, el cuyoaquense fue de la mano de su novia (y con dos guaruras de grotesco aspecto) a una tienda departamental de la zona de Angelópolis a devolver unos calcetines de tres mil pesos. La razón: tenían un agujerito —no visible a los ojos de un neoyorquino— en la región del denominado dedo gordo izquierdo.

 

👛 EL EMPLEADO DE LA TIENDA olió el calcetín y descubrió que poseía un aroma infecto a botín charro color maple. Es decir: que el cuyoacanense —o hijo de “agujero arriba”, como se llama en náhuatl su pueblo— había usado los calcetines —color rosa fuerte, o fucsia— y hasta los había ensuciado. (Estaban húmedos y olían a shoquía).

 

👢 “LORD CUYOACO”, como le llaman al Señor de los Calcetines, se enojó cuando el empleado (“pinshi gato”, le llamó) negose a cambiar las tobilleras rosas. Fue entonces cuando esponjó el pectus carinatum (pecho de paloma), infló el esternón, y con voz de mafiosi amenazó al empleado y a unos mirones que se acercaron: “¡No saben con quién se meten! ¡Los voy a levantar!”.

 

🔫 ÉSE FUE UN MOMENTO CLAVE, pues la novia del alcalde llamó con la manita a dos vaqueros malencarados. Uno, con el tradicional ceño fruncido, el esternón inflado y el pectus carinatum severamente esponjado. Este paria, pues, se acercó con una mariconera atravesada (en la que seguramente descansaba un revolver Smith and Wesson 9mm), una gorrita y una mirada poco amistosa. Al verlo, el empleado alertó a Seguridad, pero no pudo evitar que el guarura mascullara algo ininteligible.

 

👫 EL ALCALDE Y SU NOVIA —con aires de perdonavidas— se retiraron de la escena. El empleado quedó muerto de miedo. Y el guarura —aún con el pecho de paloma severamente esponjado— se estacionó a unos metros con la mirada amenazante. De poco sirvió que el Señor de los Calcetines sacara un comunicado mal escrito —y con faltas de ortografía y de urbanidad— para lamentar los hechos y dar a entender que el matón había sido víctima de sus “decisiones contundentes”. (¿Eso significará que fue entregado a las autoridades judiciales?). Lo ridículo del caso es que, al dar a conocer el comunicado, el alcaldito escupió la frase “En Cuyoaco la ética pública nos permite construir #LaTierraQueSoñamos💩”. ¡Ah, chingá, chingá, chingá!

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