24.4 C
Puebla
domingo, junio 29, 2025

Asesinato en el TikTok de la influencer

Más leídas

🧟‍ PRIMER ACTO. Una chica de 23 años, influencer, tiktokera, originaria de Jalisco. Un hombre tatuado, ligado a un cártel hondureño, fiestero. Ambos mantienen una relación. Tóxica, faltaba más. Los wasapes —del verbo wasapear— son floridos. En uno, ella le reclama tanta fiesta y le dice que ya la sacó de quicio.

 

🧌 “NO CONOCES MIS PEORES LADOS”, escupe ella. “Vete alv”, responde él. Muy fino. “Me haces hacer cosas que no quiero”, dice ella. “Te vas a acordar de mí”, advierte él. “Ya verás cuando llegue”, jura ella. “Es amenaza?????”, pregunta él. ¿Qué pasó esa noche? Es un enigma.

 

👢 “FUE MI ACTUAL PAREJA con la cual vivía, por eso digo que es mi ‘EX’. Y hago responsable (de) cualquier cosa que me llegue a pasar a mí y a mi familia a esa persona (hasta si me tengo que salir de la ciudad”. Esto escribió ella en su Instagram unos días atrás. Siempre hay un tuit. Siempre hay un feisbuk. Siempre hay un Instagram.

 

💋 SEGUNDO ACTO. Ella hace un tiktok desde su cuenta cuando le dicen que vino un motociclista a dejarle un regalo. Ella se asusta. Y dice: “Creo que me van a matar”. Hace preguntas a su interlocutora. ¿Quién era? ¿Cómo era? ¿Qué dijo? Las preguntas que suelen hacerse cuando el miedo corre por las venas. Alguien le dice en la sesión de TikTok que a lo mejor le van a dar un megarregalo. Ella se altera.

 

🐷 ESTÁ EMOCIONADA, PERO TAMBIÉN intranquila. Se mueve en su silla. De pronto, una voz se escucha. Preguntan por ella. Se pone de pie. Le dan una bolsa. Regresa a su asiento. La abre. Es un puerquito de peluche de color rosa. Se entusiasma. Grita “¡mi vida!”. Abraza al marranito. Por error, apaga el micrófono. Silencio.

 

🩸 NO SE ESCUCHA EL DISPARO que entra a la altura del abdomen. Tampoco se ve la sangre. Pero ella se toca el estómago y entrecierra los ojos. Su gesto pasa del terror al abandono. Cae lentamente sin soltar el cochinito y sin dejar de tocar el sitio por donde entró la bala. La cámara del celular se mueve. En la transmisión de TikTok aparece el rostro serio, escabroso, de una mujer. Corte A:

 

😪 TERCER ACTO. Algunos usuarios de Twitter (nunca X) empiezan a compartir el video del asesinato. El morbo circula más rápido que la sangre. Inicia el ritual de la revictimización. De puta no la bajan. De infiel. “Eso les pasa a las buchonas”, escribe un miserable. La mierda flota en las redes sociales. ¿Cómo se llama la obra?

Notas relacionadas

Últimas noticias

spot_img