“Sólo la creatividad nos puede salvar”. No recuerdo exactamente quién es el autor de esta frase, lo que sí sé, es el contexto en el que la escuché y también estoy cierta de que es verdad.
Estando atenta a las ponencias de no más de 21 minutos en un festival llevado a cabo en la ciudad de Puebla, escuché esta frase. También me enteré, según los creadores de dicho evento, que el ser humano no es capaz de poner atención total a una ponencia por un espacio mayor a los 21 minutos.
No sé con certeza qué tan real es esto, lo qué si es un hecho es que los ponentes de dicho festival se encontraban un poco fuera de foco con la recomendación que, al parecer, algunos sintieron más como una restricción.
Con tanto que tiene que decir una mente brillante de ese nivel, ese tiempo parecía poco para expresar sus ideas y hubo que echar mano de la creatividad.
Hoy nos encontramos ante la expresión inmediata e instantánea de casi todo. Gracias a los medios como a las redes sociales se dicen las cosas y pareciera que no nos dejan imaginar absolutamente nada. Todo es explícito y como comentaba en una columna anterior, el ser humano de estos días tiene la gran necesidad de exponerse.
Así tal cual, exponerse como un cuadro una pintura, escultura o cualquier otra manifestación de arte.
Se sabe que el arte ha sido el catalizador mediante el cual tenemos una idea de lo que sucede en el mundo, intuimos o imaginamos de qué color está pintado tal o cual país, qué situaciones mueven al mundo.
En algún momento, México tuvo a Siqueiros, Orozco y Rivera exponiendo en sus murales el pulso del país. Hoy los tenemos como testigos de la historia.
Hoy, el arte ha dado un giro no sólo de estilo sino de formato, por lo que los artistas han buscado las técnicas más actuales para denunciar hechos como, por ejemplo, la guerra de Ucrania y Rusia.
Se han cambiado los inmensos murales por carteles digitales que hoy se conocen como NFTs, por sus siglas en inglés, (pronunciados en ef tis). (Prometo dedicar la próxima columna a explicar esta nueva rama del arte).
Así surgen artistas que están haciendo de los carteles o afiches un arte que resulta ser signo del tiempo, es el caso de Bodgana Davydiuk y Vitali Apexx, quienes usan como nombre artístico la fusión de sus apellidos en un intento de salvación a través de la creatividad como de la denuncia.
El arte actual expuesto en redes sociales cuenta con un elemento clave para que la obra sea comprendida por el mundo: se trata del famoso Hashtag que no es otra cosa que la etiqueta a modo de explicación del contenido de la pieza en cuestión, herramienta del lenguaje actual mediante la cual nos es fácil encontrar algo mediante esta referencia y que, sutilmente, muy al estilo de la generación actual, nos invita a la reflexión o a la acción.
El trabajo de Davydiuk&Apexx contiene hashtags como #stopbomibingcivilians #stopwar #ukrainewar (#parenbombardeosaciviles, #finalaguerra).
Creo que es cierto que la creatividad nos puede salvar, no sólo de la guerra de los países que tendrían que acordar para que la guerra terminase, sino de esa guerra que, a veces o siempre, tenemos con nuestra persona; sería bueno entrar en nuestra propia batalla y observarla… a ver que ocurre.
Aquí les dejo una invitación: Ir y buscar su pieza de arte favorita, permanecer frente a ella sólo por 21 minutos seguidos, sin hacer otra cosa más que abrirse a recibir lo que la obra tiene para decirnos.
Tal vez podremos comprobar que la creatividad del artista unida a la conciencia de nuestra atención tiene la capacidad de crear un diálogo que seguramente nos salvará de algo… ya cada quien decide el qué.
