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miércoles, diciembre 4, 2024

¿Por qué no queremos saber?

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Mark Lilla, en su ensayo adaptado de su próximo libro Ignorance and Bliss: On Wanting Not to Know, nos enfrenta con una paradoja inherente a la condición humana: el deseo simultáneo de saber y de no saber. Retomando las enseñanzas de Aristóteles y las confronta con la realidad contemporánea, Lilla observa que vivimos en una era donde la negación de verdades evidentes parece expandirse como un virus psicológico. Este fenómeno no solo erosiona la racionalidad, sino que también alimenta movimientos irracionales liderados por profetas carismáticos y élites intelectuales que glorifican la ignorancia.

Lilla diagnostica un problema profundamente arraigado: el rechazo al conocimiento no se debe únicamente a crisis históricas como guerras o colapsos económicos, sino a una resistencia fundamental hacia las verdades que desafían nuestras creencias y emociones. El conocimiento, argumenta, no es solo un acto cognitivo, sino una experiencia emocional que puede generar tanto satisfacción como aversión. Este último sentimiento, la “antipatía hacia la búsqueda del conocimiento”, surge porque nuestras opiniones son extensiones de nuestro ser. Cuando se cuestionan o refutan, sentimos un golpe a nuestra identidad.

El libro es una meditación sobre cómo y por qué abrazamos la ignorancia, no como una falta de datos, sino como un refugio emocional. Lilla conecta esta resistencia con el proverbio “la ignorancia es felicidad”, sugiriendo que a menudo preferimos ignorar la verdad para evitar el dolor de la desilusión o el esfuerzo de reconfigurar nuestra cosmovisión.

Lo más provocador del texto es su invitación a la introspección: aunque señalemos con desdén a quienes siguen a charlatanes y demagogos, Lilla insiste en que también debemos mirar hacia adentro. Todos, en algún momento, hemos rechazado oportunidades para aprender algo nuevo por miedo a lo que ese conocimiento podría revelarnos sobre nosotros mismos. Esta dualidad —el deseo y la resistencia al conocimiento— es, según Lilla, un juego constante en nuestra mente, un “bádminton interno” que define nuestras vidas.

En un mundo cada vez más polarizado, Ignorance and Bliss parece ser una reflexión oportuna y urgente sobre la complejidad de nuestra relación con la verdad. Su crítica tanto a la arrogancia de los ignorantes como a la condescendencia de los eruditos resuena profundamente en una era de desinformación, rumores virales y pensamiento mágico. Lilla no ofrece respuestas fáciles, pero plantea preguntas esenciales: ¿Qué estamos dispuestos a sacrificar por la comodidad de nuestras ilusiones? ¿Qué riesgos estamos dispuestos a asumir por la verdad? Su libro promete ser no solo una crítica cultural, sino también un llamado a la valentía intelectual y emocional en tiempos de incertidumbre.

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