El 49% de los poblanos considera que Eduardo Rivera está del lado de los más ricos. Solo un 15% opina que beneficiaría a los que menos tienen: INDICADORES SC.
El viernes 17 de mayo, Eduardo Rivera se refirió a los millones de ciudadanos y ciudadanas que simpatizan con el partido Morena como “Morenacos”, un término despectivo que revela el clasismo del candidato del PRI y del PAN.
Ésta desafortunada declaración, ya fue condenada por diversos actores políticos y amplios sectores de la población, quienes manifestaron su rechazo a este tipo de expresiones en las redes sociales.
En Puebla, la ciudadanía percibe que estas actitudes clasistas han estado presentes en el discurso de Eduardo Rivera desde el principio de la campaña. Así lo muestran los estudios de opinión que ha realizado la empresa INDICADORES SC, que se ha dado a la tarea de preguntarle a los ciudadanos dos reactivos que nos pueden ayudar a entender mejor este fenómeno.
En la primera variable, se preguntó a los ciudadanos cuál de los candidatos consideran que beneficiaría a la gente más necesitada.
Las respuestas han sido consistentes a lo largo de la campaña, colocando a Alejandro Armenta como el candidato que se preocupa por las personas más desfavorecidas con 36%, mientras que solo un 16% piensa que Rivera se preocupa por los más pobres.
En una segunda variable, se preguntó lo opuesto. Es decir, se les pidió a los ciudadanos que señalen cuál de los candidatos considera que gobernaría para los más ricos.
Las respuestas fueron consistentes con la pregunta anterior, pues la mayoría de los poblanos y poblanas piensa que Eduardo Rivera gobernaría para los ricos, con 49.3%; y solo un 10.8% que piensa que Alejandro Armenta gobernaría de esa forma.
En esta variable, la tendencia de quienes creen que Eduardo Rivera solo beneficiaría a los ricos ha ido en aumento. Al inicio de la campaña, un 41% opinaba que Eduardo Rivera representaba los intereses de los ricos, pero en la última medición del mes de mayo, un 49% de las personas opinó de esta manera.
No es la primera vez que Rivera comete un desliz en este sentido. En el debate entre los candidatos a Gobernador, presumió su amistad con el Rey Felipe VI y anunció que de ganar la gubernatura asistiría a su toma de protesta, sin darse cuenta de que sus expresiones, aún en tono sarcástico, muestran a un candidato alejado de la población que aspira a gobernar.
Generalmente, este tipo de actitudes son castigadas por los electores en las urnas, especialmente si ocurren a escasos 15 días de la jornada electoral del 2 de junio. No debe sorprendernos cuando, pasadas las 8 de la noche del 2 de junio, empiecen a fluir los resultados del PREP y se vea reflejado un rechazo generalizado a una opción política que pretende gobernar desde el desprecio a un sector mayoritario de la sociedad.