(Primera parte)
En tres años de gobierno, Miguel Barbosa Huerta y yo hemos sostenido cinco largas conversaciones. La primera duró dos horas. Y las siguientes fueron aumentando paulatinamente. La más reciente, realizada en Casa Aguayo la noche del martes 2 de agosto, alcanzó un tiempo récord: 4 horas 15 minutos.
El gobernador disfruta esas charlas maratónicas, y pone en aprietos la resistencia de quien esto escribe. La ironía y la sagacidad son dos elementos claves en esos encuentros. Cualquier descuido de este lado, el gobernador lo usa para irse a fondo. No perdona. Y eso dota a la charla de una espontaneidad brutal.
En esta primera entrega, hace un anuncio que cuando lo dijo puso en rojo los termómetros: Pronto, muy pronto, se darán a conocer los resultados de una revisión de las finanzas públicas de los gobiernos de Moreno Valle y Gali. Eso significa que saldrán a relucir toda clase de irregularidades. Y más: no habrá sorpresas: son los mismos personajes que han sido investigados en otros temas de corrupción.
También hablamos de la reciente elección de Morena. Y, de forma inédita, hace un llamado de unidad a quienes se asumen como sus enemigos.
No tiene pierde.
Mario Alberto Mejía (MAM): Muchas cosas se han normalizado en tu administración, gobernador. Pienso, de entrada, en el combate a la corrupción.
Miguel Barbosa Huerta (MBH): Así es. Lo que nosotros hemos normalizado es precisamente eso. Estamos permanentemente investigando hechos de corrupción. A aquél que violó la ley, se le investiga. No hay perseguidos políticos. Porque hay quienes buscan asumirse así. No. Son rateros, no perseguidos políticos.
MAM: No recuerdo que en Puebla haya habido un gobernador que haya metido a tanta gente pública a la cárcel.
Yo no meto a nadie a la cárcel. Yo lo que hago es, en todo caso, presentar denuncias desde el gobierno. Y se investigan y se integran. Eso lo hace la Fiscalía General. Y el Poder Judicial, a través de sus jueces, otorga los mandamientos de captura.
¿Qué viene en ese sentido?
Está por darse a conocer un resultado general de la revisión de las finanzas públicas.
Ah ¿sí?
Claro.
¿De qué gobierno?
De los gobiernos anteriores.
Es decir…
Es decir…
Moreno Valle, ¿todavía?
Bueno, no él. Ya que descanse en paz.
¿Gali? ¿Tony Gali?
El manejo financiero…
El manejo financiero…
De sus gobiernos. Del 2011 a 2018.
¿Lo vas a dar a conocer, gobernador? ¿Pronto?
Pronto.
¿Se puede saber cuándo?
No. Todavía no.
¿Y cómo lo ves? Si pusiéramos colores: ¿verde, amarillo o rojo?
Este… amarillito todavía… (Risas).
Amarillito.
¡Hay muchos pillos! Se formaron grupos de élite, grupos de ricos. Tú los conoces. Todos los conocen. Grupos de poder, de excesos. En cada administración gubernamental surgían.
¿Van a salir nombres en esa investigación?
Sí. Seguramente sí. Pero son los mismos a los que ya hemos investigado por otros casos.
O sea que no habrá sorpresas…
No hay sorpresas. No hay sorpresas.
Solo hay confirmaciones.
MBH: Sí, claro. Toda la vida pública se deterioró gracias a ellos. Hoy estamos haciendo esfuerzos institucionales, legales, para que el sistema jurídico vuelva a ser la norma en el ejercicio de la vida pública.
¿Ese plan anticorrupción lo diseñaste en el 18 o en el 19?
Se le debe a la sociedad. Imagínense que el primer gobierno de izquierda en Puebla no haya revisado el comportamiento de las funciones públicas de los anteriores gobiernos. Me heredaron 50 mil millones de pesos. Y el enriquecimiento de los que estuvieron ahí fue enorme. Yo no voy a heredar un peso de deuda.
¿Qué va a pasar con esos compromisos financieros que se firmaron a 25 años?
Estoy renegociando deudas. Estoy limpiando, pero se tienen que pagar. Son deudas de 30 a 35 años. Las condiciones que firmó el estado son leoninas. ¿Por qué firmó un estado esto? ¿Por qué firma? Firma porque los que firmaron tienen beneficios. Hoy puedo sospechar que algunos de los que firmaron reciben beneficios del pago mensual que nosotros hacemos. Así de feo.
¿Los que firmaron?
Es una especulación, ¿eh? Son formas financieras muy elaboradas. Así nos dejaron Puebla.
EL LLAMADO A LOS ENEMIGOS
Ignacio Mier y Claudia Rivera te tratan como enemigo. No te ven como adversario. Y quisieron destruirte. No es la primera vez que lo intentan. En la elección de 2021 hicieron lo mismo. Confabularon contra ti y sumaron fuerzas.
Yo practico una elemental razón del comportamiento político, ¿sí? Libertad, pluralidad, tolerancia… Pero, sobre todo, respeto. Yo tengo una formación política no escasa. Y no reciente. Y sé cómo se hace la política. Les voy a hacer una recomendación: cuando sean del mismo partido que el gobernador, hagan equipo con él. El gobernador tiene la obligación de cuidar a todos, ¿no crees? Así tiene que ser, ¿verdad?
En teoría, sí.
¿A qué está obligado el gobernador? A respetarlos, a proveer una inclusión, a que todos participen. Si piensan que desde la marginalidad política van a competir o contender con el gobernador, se equivocan. Es una elemental razón política. Eso se llama falta de ortodoxia. La izquierda todavía no actúa con ortodoxia. No encuentra las formas de comportamiento siendo un partido en el poder.
Me acuerdo cuando te conocí como dirigente estatal del PRD en Puebla, gobernador. ¿1997-1998?
Sí. Gané la elección en noviembre del 97. Tomé protesta por ahí de febrero del 98.
Desde entonces empezaste a abrirte a los círculos ciudadanos.
Sí.
Incorporaste a gente como Emilio Maurer en la política. Y fue candidato a la presidencia municipal, y estuvo a punto de ganar la elección. Y metió en un brete a todos los partidos. Tu apuesta por la sociedad viene desde esa época. En las recientes elecciones de Morena se volvió a dar ese fenómeno.
Lo describes muy bien. Yo tengo una formación eficientista de las cosas. Todos los días acompaño o me acompañan personas que dan resultados. Todos los días, ¿eh? Ése es mi estilo. Como presidente estatal del PRD yo tenía que subir a un partido que tenía 6 puntos al mayor puntaje posible. Y lo subimos a 19 puntos. Y estuvimos compitiendo por gobernar la capital. Formamos casi 200 planillas de ayuntamientos en el estado. El PRI era el único partido que tenía plantillas en todos los municipios. El PAN tenía 120, y nosotros, en 1998, llegamos a 190. Ése es el papel que yo he jugado en la política. Un partido de poder tiene que ser un partido de la sociedad. No de un grupo. De la sociedad. Hoy Morena tiene la gran oportunidad de serlo.
Volviendo a tus odiadores: lograste algo inédito. Lograste que quienes tenían agravios entre sí —como Rodrigo Abdala, Mier y Rivera—, se unieran en tu contra.
(Risas). Abdala quería ser candidato a gobernador en el 2018, y tuvo todo para hacerlo, pero le faltaron los resultados favorables. No sé qué estaba haciendo Mier en 2018…
Estaba haciendo acuerdos con Rafael Moreno Valle.
(Risas). Sí. Tenía a su hijo buscando la presidencia municipal, como candidato del PAN, en Tecamachalco. Y él iba de plurinominal a diputado federal, puesto, sin duda, impulsado, puede ser, por don Manuel Bartlett. Y Claudia Rivera era una muchacha de la porra de la izquierda. A ellos no les acomodó que yo ganara en 2018. No me apoyaron. Muchos no estuvieron conmigo. Y yo me refugie en la sociedad, en las regiones, en los municipios. Tuvimos cierres de campaña de 100 mil personas. Impresionantes.
¿A qué convocas a tus adversarios y a tus enemigos, gobernador?
Los llamo a unirse por el bien de la sociedad.
¿Incluso a Abdala, Mier y Claudia?
¡Claro! Los llamo a unirse, pero que asuman su posición de ser parte: no de pensar que tienen que ser las cabezas. Un político no puede ser arrogante ante un resultado que puede llamarse favorable. No. Tiene que ser inteligente, sobre todo. Y hoy no hay razones para la arrogancia. Hay razones para que se incluya a la sociedad. A la sociedad no le gusta el escándalo. La sociedad quiere dirigentes y líderes y gobernantes que tengan una visión moderna.
Pero al parecer ellos quedaron dolidos después de las elecciones de Morena. Perdieron casi todo. Se quedaron con 34 consejeros solamente.
Pues seguramente sí quedaron así. Que lo superen.
Están buscando el número de placas del tráiler que los arrolló.
No llevaba placas. (Risas).
Incluso la hija de Ignacio Mier, la diputada Daniela Mier, publicó en su muro de Facebook un mensaje siciliano al estilo de Lupita D’Alessio: “amor con amor se paga”.
¿Eso cuándo lo publicó?
Después de las elecciones de Morena… Este resultado, gobernador, da margen de maniobra para muchas cosas. Da margen, por ejemplo, para una recomposición de Morena en Puebla. Da margen para lo que viene que en 2024 en el estado. Pero también da margen, incluso, para el tema de la sucesión presidencial. Puebla se vuelve un estado clave.
Una elección presidencial es una definición de todo el país. Diez estados definen con sus padrones electorales la suma de votos necesarios para ganar. Puebla está entre los primeros cinco. El papel que yo tengo que jugar rumbo al 2024 es el de articulador de una elección limpia, transparente, como lo hicimos en el 2021. Antes había un control absoluto, férreo, de la sociedad. Los gobiernos manejaban todo. El espionaje se normalizó. Los levantones también. Había un grupo institucional armado. ¿Qué hay ahorita? Absoluta libertad, crítica al gobierno…
Para cerrar el tema de la elección de Morena, ¿qué papel jugó el senador Alejandro Armenta? Al día siguiente de la elección de 2021, se acercó, vino, estuvo contigo y ha mantenido una actitud muy prudente desde entonces. Extrañamente prudente. Y ahora, pareciera, no participó. ¿O sí lo hizo?
Yo tengo información que sí participó. Tenía un representante en la mesa permanente. O dos. No sé si tiene consejeros o no. No lo sé. Esa parte no me interesa a mí resolverla porque son asuntos de la vida interna del partido.
Pero, ¿cómo traduces su actitud?
Está haciendo política en México. Es presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, y puede ser el próximo presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores. Está buscando su ruta. Quien me busca, me encuentra para bien. Y si en tiempos anteriores, a la fecha que tú marcas, Armenta rivalizó conmigo, pues qué bueno que comparte hoy con el gobierno una visión de desarrollo. Así lo veo yo. Y no tengo por qué opinar si tuvo o no una participación el sábado de la elección.
Los 34 votos diferentes a lo que dices tú no son contrarios a mí. Ese amor que quiere pagar alguien, no entiendo de qué se trata. ¿Sí me explico? Esos votos son de personas de Morena con los que tiene que hablarse, y con quienes se tienen que tomar decisiones.
¿O sea que ese número —34— se puede modificar?
Muchos son libres. Muchos están tocando puertas. Muchos.
Antes de que terminara la campaña de 2021, la relación entre tú y Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, estaba…
Estaba afectada.
Exacto.
Sí.
Antes del 21.
Fuimos gente muy cercana. Nuestras familias se llevaban. Y yo lamento mucho que eso haya ocurrido.
¿No has tenido la menor relación con él?
No.
¿Ni una llamada telefónica?
No, no, no.
¿Y qué mensajes ha mandado sobre los resultados de Puebla?
No, bueno, nada. No sé. Fíjate que yo el sábado de la elección estuve muy atento al desarrollo de esa jornada, y pude dormir hasta las 6:30 de la mañana del domingo. Me levanté un poco tarde ese día. Y a partir de las 11 de la mañana que me levanté y desayuné, dije: este día no hablo de política. Estaba con mi hija, mi esposa. Y nos fuimos a comer a Atlixco. Tú estuviste ahí, en la misma mesa.
Estuve ahí. Por cierto, qué buen pechito de ternera.
El pecho y el lechón. Sí. Es un gran lugar.
Los tacos de boquerón.
Es un gran lugar. Vayan, vayan. Se llama La Esencia del Mediterráneo. Es un lugar espléndido, poblanos, poblanas. ¿Verdad que sí?
Gran lugar.
Sí está afectada mi relación con Mario Delgado. Lo lamento porque él y yo nos teníamos un gran cariño como personas y como familia.
El gobernador Miguel Barbosa Huerta y el periodista Mario Alberto Mejía, director de esta casa editorial, también hablaron de la reciente elección de Morena.