A través de Eliseo Alfonso Ramos Vázquez, notario público número 2 del Distrito Judicial de Huauchinango, el empresario hotelero Gilberto Villa Huerta se habría apropiado de poco más de tres hectáreas de terreno en un predio que ni siquiera colindaba con el suyo, en la localidad de Patoltecoya, Huauchinango.
Fue a través de la adquisición de escrituras facilitadas por dicho notario con sede en Huauchinango como Villa Huerta logró también emprender dos proyectos inmobiliarios que dañan impunemente la Cuenca Hidrográfica del Río Necaxa: la construcción de viviendas de interés social y un fraccionamiento llamado Vista Hermosa.
Aunque en el caso del fraccionamiento, aún no se iniciaron con los trabajos de obra debido a que vecinos se unieron y denunciaron el ecocidio ante la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), lo cierto es que ambos proyectos inmobiliarios han sido publicitados a través de una de las empresas de sus hijos, Ángel y Venght Villa Herrero.
Fuentes confiaron a Hipócrita Lector que el problema comenzó en 2018, cuando Gilberto Villa Huerta adquirió a través de su hija las escrituras de un predio que colindaba en paralelo a 365 metros con la carretera federal Tuxpan-Huauchinango, sin embargo, con la ayuda del citado notario, cambió el título de propiedad a un predio totalmente distinto, que se encontraba cruzando dicha carretera y que ahora colinda con la autopista a Tuxpan.
El problema no terminó ahí, toda vez que además de tomarse un predio que no le correspondía, terminó por apropiarse de cerca de dos hectáreas de terreno que le correspondían a la fundación Dos Manos, donde actualmente se ubica el centro de rehabilitación de adicciones ‘Narconon’, propiedad del exsecretario de Infraestructura, Diego Corona Cremean.
En su intención por ampliarse impunemente en la región, también destruyó un muro que había sido colocado justamente para evitar su paso, argumentando que tenía una propiedad ahí, lo que le valió que fuera denunciado por allanamiento y daño doloso en propiedad ajena, tanto en la Fiscalía de Puebla como en la Fiscalía General de la República (FGR).
ARREBATAN DOS HECTÁREAS
La historia del allanamiento cometido por Gilberto Villa Huerta tiene sus antecedentes en un libro de inscripción de registro suscrito en el año 1987, el cual señala la existencia de un predio de 26 mil 854 metros cuadrados, es decir, 2.68 hectáreas.
El predio era propiedad de un hombre llamado Alfredo Cruz, quien decide vendérselo en el año 2002 a su hija y su sobrina, Vicenta Cruz Pérez y Cecilia Martínez, respectivamente. Para el año 2009, el gobierno federal implementó la carretera federal Tuxpan-Huauchinango, sin embargo, esto no afectó las hectáreas de terreno, toda vez que el predio seguía teniendo una extensión de 2.68 hectáreas.
El problema vino ante la adquisición del predio el 4 de junio de 2018 por parte de Venght Villa Herrero, hija del hotelero Gilberto Villa Huerta, quien presuntamente adquirió las 2.68 hectáreas, pero con todos los vicios de ilegalidad, pues no tomó ese lugar, sino otros dos distintos que se encontraban cruzando la carretera.
Con el apoyo del notario 2, Eliseo Alfonso Ramos Vázquez, la empresaria Venght Villa pactó en el instrumento notarial 3384, partir la escritura pública en dos: una en la que tendría el usufructo de 2.7 hectáreas y otra por 5 mil 019 metros cuadrados, el equivalente a 3.2 hectáreas en una zona que no le correspondía.
La intención de crear dos escrituras públicas fue debido a que en la zona atraviesa la autopista a Tuxpan, por lo que no podrían haberse tomado las hectáreas de manera consecutiva, quedando entonces un terreno en la franja entre la carretera Tuxpan-Huauchinango y otro cruzando la autopista a Tuxpan.
“Cuando compra Villa, convierte el triángulo verde (ver mapa), hace dos escrituras diferentes, una la que dice T1 y la otra la que dice T2, es decir, pasa el predio verde al otro lado de la carretera. Es entonces que los 365.50 metros que colindaban con la carretera federal, ahora ponen 365.50 metros colindando con la autopista México-Tuxpan, es decir, que brincó del otro lado”, expusieron testigos.
Además de que Gilberto Villa Huerta se apropió de dos terrenos que no le pertenecían, usando el nombre de su hija, tiró un muro que había sido colocado por Diego Corona, por lo que éste interpuso denuncias este año en su contra por los delitos de daño en propiedad ajena y allanamiento en detrimento de la asociación Casa dos Manos Contra las Adicciones A.C.
Vecinos de Patoltecoya también denunciaron que, al momento de extenderse, Gilberto Villa Huerta violó la zona natural protegida de la Cuenca Hidrográfica del Río Necaxa para la construcción de complejos habitacionales, por lo que en el año 2019 la Profepa clausuró los trabajos y este año el empresario buscó nuevamente reanudarlos, por lo que fue merecedor a un segundo sello de clausura y a una orden de restricción.
