La administración de Donald Trump calificó este domingo a la ciudad de Chicago como una “zona de guerra”, con el fin de justificar el despliegue de 300 soldados de la Guardia Nacional, sin el consentimiento del gobernador de Illinois ni de las autoridades locales.
La declaración fue hecha por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, durante una entrevista en Fox News, donde defendió la medida como respuesta a la criminalidad. Sin embargo, la oposición denunció una estrategia autoritaria con fines electorales, enfocada en ciudades gobernadas por demócratas.
El gobernador J.B. Pritzker respondió con dureza, acusando al gobierno federal de crear deliberadamente un clima de caos:
“Quieren crear la zona de guerra para poder enviar aún más tropas. Tienen que largarse de aquí cuanto antes”, expresó en CNN.
Niños arrestados y ciudadanos atados con bridas
Organizaciones civiles reportaron que, durante las redadas migratorias, niños y ciudadanos estadounidenses fueron arrestados, algunos atados con bridas y separados de sus familiares.
Pritzker confirmó que ordenó investigar estos hechos, y condenó el uso de “tácticas de estilo militar” contra menores.
“Esto no está bien. No es normal”, insistió el gobernador demócrata.
Desde el inicio de la ofensiva federal en septiembre, se han realizado más de 1,000 arrestos en el área metropolitana de Chicago, muchos en barrios de alta concentración migrante.
ICE opera con agentes enmascarados y vehículos sin placas
Residentes y activistas han documentado que las redadas son ejecutadas por agentes de ICE fuertemente armados, encapuchados, en vehículos sin identificación, generando miedo entre las comunidades.
Según el gobernador, el uso de gases lacrimógenos y granadas de humo ha hecho que los barrios parezcan escenarios de conflicto armado.
“Ellos son los que están convirtiendo a Chicago en una zona de guerra”, dijo Pritzker en una entrevista local.
Opinión pública: mayoría rechaza despliegue militar
Una encuesta nacional de CBS News publicada el domingo reveló que el 58% de los estadounidenses se opone al uso de la Guardia Nacional en ciudades, mientras que el 42% está a favor.
