El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reavivó este viernes 23 de mayo la guerra comercial al anunciar su intención de imponer aranceles del 50% a todos los productos importados desde la Unión Europea a partir del 1 de junio de 2025. Esta nueva ofensiva se da apenas un día después de que celebrara la aprobación de su ley de rebaja de impuestos en el Congreso, y ha provocado una fuerte reacción en los mercados internacionales, especialmente en Europa.
A través de su red social Truth Social, Trump justificó su decisión señalando que las negociaciones comerciales con el bloque europeo “no están funcionando” y que la Unión Europea ha sido “difícil de tratar”. Según el mandatario, los nuevos aranceles responderían al “trato injusto” que, a su juicio, Estados Unidos ha recibido en materia comercial por parte de la UE.
Además, el presidente afirmó que los productos que se fabriquen en territorio estadounidense no serán objeto de este gravamen, en un intento por incentivar el regreso de cadenas de producción al país. Esta amenaza no solo intensifica su política proteccionista, sino que también introduce una nueva fuente de tensión en las relaciones transatlánticas.
El anuncio tuvo un impacto inmediato en los mercados financieros: el índice Dow Jones Industrial Average perdió más de 300 puntos (0.8%), el Nasdaq cayó casi 250 puntos (1.3%) y el S&P 500 retrocedió un 1% en las primeras horas de negociación. Las acciones de Apple, en particular, registraron una caída del 4%, ya que Trump también advirtió que impondrá un arancel del 25% a los iPhones que no se fabriquen en Estados Unidos.
Esta nueva ofensiva comercial ha generado preocupación entre los líderes europeos, quienes ven con alarma el riesgo de una escalada en la guerra comercial. Diversos analistas han advertido que esta medida podría desencadenar represalias por parte del bloque europeo y otros aliados comerciales, además de poner en riesgo la recuperación económica global.
Aunque Trump ha recurrido anteriormente a los aranceles como herramienta de presión en negociaciones comerciales —especialmente con China—, esta amenaza marca un nuevo capítulo en su estrategia económica y diplomática, ahora dirigida contra uno de los principales aliados de Estados Unidos.
Las próximas semanas serán decisivas para ver si esta amenaza se materializa y cómo responderá la Unión Europea, en un entorno internacional que ya enfrenta incertidumbre por los crecientes conflictos económicos y políticos en diversas regiones.