Un retorno que nadie pasó por alto. Diez años después de su última aparición en el US Open, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, volvió al Arthur Ashe Stadium. Su presencia, sin previo aviso público, alteró todo el cronograma de la esperada final entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner.
El partido, originalmente programado para las 14:00 horas en Nueva York, arrancó con media hora de retraso debido a un refuerzo extremo de seguridad que incluyó doble control del Servicio Secreto y agentes federales. “Hemos retrasado el inicio del partido para garantizar que los aficionados tengan tiempo adicional para ocupar sus asientos”, comunicó la organización.
Alcaraz, concentrado en su juego, había restado importancia al factor político:
“Para el torneo es muy bueno que venga el presidente… yo voy a intentar no ponerle mucha atención, NO QUIERO PONERME NERVIOSO”, dijo antes del partido.
Pero la política irrumpió con fuerza. Al finalizar el primer set, las cámaras enfocaron a Trump. La reacción del público fue inmediata: abucheos, pulgares hacia abajo, y también vítores. La división fue evidente: el estadio vibró entre rechazo y aplausos.
Afuera, la protesta convocada por la organización ‘Rechazar el Fascismo’ no logró consolidarse. Con mal tiempo y poco margen de organización, apenas se reunieron manifestantes. Sin embargo, el mensaje fue claro:
“Trump amenaza con desatar violencia racista… así es el fascismo y debe detenerse”.
Mientras tanto, desde su red Truth Social, Trump aprovechó el evento para lanzar un mensaje a Hamás, presionando por un acuerdo de liberación de rehenes:
“Los israelíes han aceptado mis condiciones. Es hora de que Hamás también las acepte”.
Aunque aplaudió brevemente el triunfo de Alcaraz, su expresión fue seria, contenida, captada por las cámaras en contraste con un estadio que celebraba en pie.
Parece que Carlos Alcaraz no era el favorito de Trump. Se puede ver el gesto de desprecio (tensión unilateral de una comisura labial)
“El desprecio no es simplemente enojo o desagrado; es una emoción moral que expresa superioridad sobre otra persona o grupo. Implica que el otro… pic.twitter.com/PpFiXXzcQ4
— Bárbara Tijerina (@bartije) September 7, 2025
Entre los presentes en la final destacaron celebridades como Bruce Springsteen, Stephen Curry, Lindsay Lohan, Dakota Fanning, Sting, Usher y muchos más. Pero ninguno atrajo tanta atención ni provocó tantas emociones encontradas como el regreso de Donald Trump al US Open.