La frágil tregua en la Franja de Gaza desde la semana pasada se encuentra al borde del colapso luego de una nueva escalada de violencia. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevaron a cabo este domingo bombardeos aéreos contra objetivos de Hamás en las ciudades de Rafah, Yabalia y Deir el-Balah, en respuesta —según afirmaron— a un ataque con misiles antitanque perpetrado por combatientes palestinos en el sur del enclave.
El ejército israelí informó en un comunicado que el ataque de Hamás, dirigido contra tropas desplegadas cerca de Rafah, representó una “violación flagrante del alto el fuego” vigente desde el 11 de octubre. En respuesta, la aviación israelí lanzó una “ola de ataques” contra supuestas posiciones de la milicia islamista.
Fuentes médicas palestinas confirmaron al menos 11 muertos y decenas de heridos tras los bombardeos de esta mañana. Equipos de emergencia trabajan entre los escombros de edificios residenciales, mientras cientos de familias buscan refugio en escuelas y mezquitas.
Por su parte, Hamás negó haber atacado posiciones israelíes y acusó a Tel Aviv de “provocar el colapso de la tregua” con una operación militar preparada de antemano.
La ministra de Defensa de Israel, Tali Gotliv, declaró que el país “no tolerará ningún ataque” y que las fuerzas armadas responderán con firmeza ante cualquier amenaza contra sus soldados o civiles.
La ruptura de la calma preocupa a organismos internacionales y agencias humanitarias, que advierten sobre las consecuencias de un nuevo ciclo de violencia. Según la ONU, la ayuda humanitaria en Gaza sigue siendo crítica, con hospitales saturados, escasez de alimentos, medicinas y combustible debido al cierre del paso fronterizo de Rafah.
De no retomarse el diálogo en las próximas horas, la tregua podría quedar disuelta, reactivando una ofensiva militar a gran escala en la región.