Un día después de que se conformara un bloque opositor en su contra, la dirigente estatal del Partido Acción Nacional (PAN), Augusta Díaz de Rivera Hernández, tomó medidas más drásticas para frenar el golpeteo contra su grupo político: esconder a Eduardo Rivera Pérez y ya no presentarlo más en las giras del Comité Directivo Estatal.

La dirigente partidista aseguró que el proceso de renovación interna no está siendo retrasado para favorecer al grupo de Eduardo Rivera Pérez, como han señalado algunos miembros del partido, a pesar de que Mónica Rodríguez Della Vecchia, Rafael Micalco y Edmundo Tlatehui, señalaron que la convocatoria debió lanzarse hace dos meses.

La dirigente minimizó las afirmaciones del grupo de panistas y aseguró que el partido está cumpliendo con los estatutos, los cuales establecen que la renovación de la dirigencia debe realizarse en el segundo semestre del año.

Asimismo, confirmó que las giras programadas por el interior del estado no se suspenderán, aunque Eduardo Rivera Pérez ya no participará en ellas debido a su integración a la planilla de Jorge Romero, quien compite por la dirigencia nacional del PAN. Díaz de Rivera manifestó que estas giras son una forma de agradecer a los militantes y negó que se esté beneficiando a algún grupo en particular.

“Vamos perfectamente a tiempo. La convocatoria debe salir en el segundo semestre, tal como lo establecen los estatutos. No se ha definido una fecha exacta, pero los aspirantes pueden estar seguros de que haremos las cosas de manera transparente y conforme a las normas”, afirmó.

Sin embargo, la respuesta de Díaz de Rivera se dio hasta que el grupo de panistas se congregó este domingo para exhortar al inicio de un proceso de renovación de la dirigencia que no recaiga exclusivamente en el Consejo Estatal y que no excluya a la militancia, además de que sea democrático y sin favoritismos hacia el grupo liderado por el exalcalde para hacerse del control de la dirigencia local.